'Papu' Gómez, un nuevo capítulo en la relación Sevilla-Atalanta
Se convertirá en nuevo jugador sevillista para las próximas tres temporadas por una cantidad de entre 5,5 y 8 millones de euros.
El fichaje del mediapunta argentino Alejandro Darío 'Papu' Gómez por el Sevilla es un nuevo eslabón en la lista de jugadores que en los últimos años han vestido las camisetas del conjunto hispalense y la del Atalanta italiano, relación en la que figuran el delantero colombiano Luis Muriel, el central danés Simon Kjaer y el lateral brasileño Guilherme Arana.
'Papu' Gómez se convertirá en nuevo jugador sevillista para las próximas tres temporadas por una cantidad de entre 5,5 y 8 millones de euros, dependiendo de las variables, según fuentes de una operación que está a expensas de que supere el trámite del reconocimiento médico al que se someterá hoy mismo en la capital sevillana.
Antes que Gómez, Muriel, Kjaer y Arana llegaron al Sevilla en 2017 de la mano del director deportivo Óscar Arias tras la marcha a la Roma de Ramón Rodríguez 'Monchi, y fueron cedidos o traspasados en el verano de 2019 al club de la ciudad de Bérgamo.
El delantero Luis Muriel, llegado al conjunto de la capital andaluza como el entonces fichaje más caro de la historia de la entidad (20 millones de euros), pasó con más pena que gloria en el año y medio que formó parte del conjunto del barrio de Nervión.
Disputó 65 partidos y dejó como bagaje unos pobres 13 goles para luego marcharse al Atalanta tras una cesión al Fiorentina, a cambio de 18 millones de euros sin haber cumplido las expectativas depositadas en su capacidad goleadora, ya que nunca se adaptó a las exigencias, lo que le provocó ansiedad ante el marco contrario.
Esta ansiedad ha desaparecido en tierras trasalpinas, donde ha recobrado confianza ante las redes contrarias, lo que se ha traducido en los 33 goles anotados en 63 partidos.
Un caso parecido al de Muriel es el del central danés Simon Kjaer, que aterrizó en Sevilla procedente del Fenerbahçe turco por la cantidad de 12 millones y medio, asegurando que era "el paso más grande" en su carrera.
No obstante, en sus dos años ocupando el eje de la zaga sevllista nunca llegó a transmitir la seguridad defensiva que se le presuponía a su llegada en los 64 encuentros que defendió la elástica rojiblanca.
Especialmente doloroso para él y la afición blanca fue su despeje fallido ante el Slavia de Praga que acabó costándole al equipo la clasificación para los cuartos de final de la Liga Europa de 2019.
Ese mismo verano, en el último día de mercado, sería cedido a la formación que entrena Gian Piero Gasperini, donde apenas disputó seis partidos, para acabar unos meses después, en enero de 2020, en el Milan, donde recuperó su nivel y prestaciones y sigue actualmente después de que los lombardos pagaran 3 millones y medio por él.
El tercero de los que hizo el camino del sur de España al norte de Italia es el zaguero brasileño Guilherme Arana, que fue fichado en diciembre de 2017 procedente del Corinthians por 12 millones con la vitola de ser 'el nuevo Marcelo'.
Sin embargo, en su año y medio en las filas sevillistas sólo demostró su parecido al lateral madridista en sus carencias defensivas, dado que su aportación al ataque fue escasa.
Veinticinco partidos fueron suficientes para constatar las limitaciones de un futbolista cuyos derechos fueron cedidos al Atalanta durante cuatro meses: los que tardaron los italianos en devolverlo para luego acabar nuevamente prestado al Atlético Mineiro.
EFE