A las 7:30 de la mañana del viernes, el pequeño Martín Cervantes Diez vivió una de las experiencias más fuertes que le ha permitido vivir su corta vida de cuatro años, cuando finalmente logró conocer a uno de los personajes que más cariño le ha impregnado en su corazón, la mascota juniorista el Tiburón Willy. 

“Yo vine a Barranquilla a conocer al Tiburon Willy”, dijo Martín a Zona Cero este sábado, con mucha seguridad y un marcado acento paisa. El encuentro fue en medio de un paseo familiar al que llegó con sus padres  el barranquillero Aristides Cervantes y la medellinense Catherine Diez.

El pequeño es nacido en la ‘Ciudad de la eterna primavera’, pero ha heredado de sus padres un amor natural por el fútbol, pero sobre todo a dividir su corazón entre ‘Tu papá’ y el ‘Poderoso de la montaña’. 

“Yo creo que el tema estaba 50%-50%, pero ya con esto lo comenzamos a torcer para este lado, el de Junior”, dijo Aristides, médico, que hace 25 años se fue a vivir a Medellín para trabajar como profesional de la medicina.

En ese vivir se conoció con Catherine, quien comparte el gusto por el fútbol con su esposo. “A mi me comenzaron a llevar al estadio desde chiquitica, cuando tenía la edad de Martín. Desde entonces, siempre he sido hincha del Medellín”, explicó. 

Ese cariño por los dos equipos, que comenzaron a difundir en el pequeño desde el primer día de su existencia ya da sus frutos. Desde que tiene capacidad para recordar, Martín desarrolló un gran cariño por el personaje de Willy.  

“Yo tengo un peluche de Willy”, comentó el niño a esta casa periodística, mientras que su mamá confirmaba que además tenía muchos otros artículos en referencia a la mascota del cuadro barranquillero. 

Fue por eso, cuando hace ya varios días que comenzaron a planear la posibilidad de pasar un fin de semana en una playa aledaña a la ciudad que Aristides le comentó a su prima Mónica y su esposo Darío que si era posible que le ayudaran hacer posible el encuentro. 

“Yo estaba preocupado porque como era fin de semana y con los planes que teníamos, tal vez no alcanzábamos a verlo. Incluso el niño me dijo eso”, recordó Aristides. 

Fue ahí que los dos ‘celestinos’ de esta ilusión se pusieron a trabajar. 

“Yo hablé con Willy y le mandé un audio del niño en el que decía que lo quería conocer y eso lo conmovió mucho”, expresó Dario.

Así las cosas, entre los dos resolvieron darle una gran sorpresa al niño y de paso a sus padres Aristides y Catherine.  

“Llevamos a Willy al aeropuerto y eso fue una locura”, aseguró Mónica. 

Willy De la Hoz, quien personifica al ‘Tiburón Willy’ y otros personajes de la cultura deportiva de la ciudad ‘Caimán Willy’ del béisbol y ‘Baqui el Tití’ de los Juegos Centroamericanos, también narró a Zona Cero cómo fueron esos momentos. 

“A mi me recogieron a las 6:30 de la mañana y tenía que estar cambiado en la parte de atrás del sitio donde se paga el parqueo. La sorpresa mía, es que el niño llega con la camiseta del Medellín, porque el día anterior fueron campeones de la Copa. Él se dio un ‘totazo’ en la frente como diciendo ‘¡Ahí está Willy!’ y para mi fue algo bonito, que fue especial al ver esa emoción y cuando yo lo cargo y le dije que era su amiguito, él se fue donde los papás y dijo que quería ponerse la camiseta de Junior”, describió Willy. 

“Ya ese sentimiento loa vivido antes con niños de la ciudad, pero con este, siendo un niño de afuera, de otra ciudad, me hizo parar los bellos. Es algo muy especial”, añadió. 

De otro lado, Catherine Diez y Aristides Cervantes quedaron completamente anonadados por la reacción del niño, quien apenas enfocó sus ojos en el personaje, salió corriendo y se le colgó de su cuello, luego de un gesto de auténtica emoción, que conmovió el corazón de todos los presentes. 

“Fue algo inesperado totalmente”, resumió Aristides. “Yo creo que ya está un 80-20% para Junior y la mamá dice lo mismo”, cerró con una risotada. 

Martín y sus padres pasarán el fin de semana con unas pequeñas vacaciones, pero con una marca en el corazón del niño tan profunda como el mar de la playa donde se repone de una emoción que recordará toda su vida.