El ciclista colombiano Egan Bernal regresó este martes a las competencias de alto nivel, al disputar la primera etapa del Tour de Dinamarca, 203 tres días después de haber sufrido un casi fatal accidente mientras entrenaba en carreteras de Cundinamarca.

A seis meses de un accidente a más de 60 kilómetros por hora contra la parte posterior de un bus, Bernal llegó a Dinamarca para probar sus piernas y a trabajar para su equipo, en una jornada larga de 222.6 kilómetros mayormente plana, con tres embalajes especiales.

El momento emotivo estuvo sobre el segundo cuarto de la competencia, cuando Bernal tomó la responsabilidad de tirar del pelotón para mantener a los fugados del día a tiro del grupo, a 38 segundos.

El campeón del Tour y el Giro le puso la cara al viento y por varios kilómetros puso el esfuerzo en sus piernas para responder a la obligación y demostrar que está bien y, además, con estas responsabilidades, poco a poco irse llenando de confianza.

“Lo duro no fue estrellarme contra un bus a más de 60 km/h, lo duro fue el levantarme, aceptar lo sucedido, empezar de cero y estar de vuelta con la cabeza en alto”, dijo Egan ayer en sus redes sociales, donde bromeó asegurando que “yerba mala nunca muere”.

Algunas de las lesiones que superó Egan para volver a las carreras fueron 20 huesos rotos, 11 fracturas de costilla, rotura de fémur, daño en la rótula, daño en la vértebra torácica 5 y 6, daño en las vértebras de la columna cervical, perdida de dientes y perforaciones en los dos pulmones.