Junior no levanta cabeza en Liga: perdió con Alianza 2-1, en el minuto final
Los ‘Tiburones’ sumaron su tercera derrota del torneo.
Junior perdió la noche de este domingo 2-1 ante el Alianza Petrolera en un partido donde el equipo dejó mucho que desear y no generó ideas con un onceno en el que las alternativas demostraron que distan mucho de los titulares.
No había más opción que Junior pudiera escoger que la de ganar. Tras dos salidas en blanco y con los equipos sumando y tomando una luz en la tabla tras cuatro partidos jugados, era indispensable salir al campo de juego en Cartagena para tratar de sumar los primeros tres puntos.
Por eso mismo es que resultaba controvertida la determinación tomada por Alberto Gamero de armar un equipo alterno y tratar de buscar así la primera victoria del campeonato.
Sin embargo, el trámite de las acciones en los primeros minutos dejó mucho para desear. Los rojiblancos mostraron pocos argumentos para sostener la pelota, para atacar, quitar el balón y sobre todo para defender.
Evidencia de esto fue a los 11 minutos, cuando César Arias entró por el corazón del área para meter un cabezazo que terminó en el fondo de las redes ante un desarmado esquema defensivo rojiblanco que dejó al atacante que entrara a su gusto para definir.
El tiempo fue pasando y simplemente Junior no encontró nunca como armar una jugada de riesgo. Al menos una en el arco contrario, porque un desastroso Félix Noguera estuvo cerca de anotar en su propia meta cuando quiso hacer un rechazo de cabeza que terminó reventando contra el travesaño y bailando en la raya, por donde por poco entra.
De allí es más, no hay gran cosa para describir del primer tiempo. Y ese era el gran problema que rondaba la cabeza de Alberto Gamero quien sabía que tendría que meter la mano para poder cambiar el destino de su equipo en la segunda mitad.
Cabe destacar que producto del desastroso partido que adelantaba, el primer cambio fue la salida del terreno de juego de Noguera, para dar su puesto a Germán Gutiérrez, con lo que se clausuró el problema para los curramberos en defensa por izquierda.
El complemento no arrojó buenas sensaciones de inicio. Más allá de un par de acercamientos de media distancia de hasta ese momento uno inéditos Jorge Aguirre y Bernardo Cuesta, era poco lo que generaban los ‘tiburones’.
Por eso, Gamero decidió jugarse su carta secreta: mandar al campo tras una prolongada ausencia al samario Jarlan Barrera, para intentar dar algo de picardía al mediocampo. Del campo salió un tímido Juan Camilo Roa, dejando como único hombre de marca a Enrique Serje.
Poco a poco el cambio fue surtiendo sus efectos y a los 74 minutos Jarlan conectó un pase a la cabeza de Cuesta, quien sin dudarlo la puso en las redes. Sin embargo la jugada fue anulada por un milimétrico fuera de lugar del argentino.
Junior tomaba un segundo aire y pronto llegaría el empate, con una pelota que quedó brincando en el área para que Édison Toloza la recogiera y la metiera en la cabaña para el 1-1, a los 77 de acciones.
Los barranquilleros cargaron con vehemencia en procura de la victoria final, pero un pestañeo en el minuto de Dios acabó con las ilusiones de ganar al menos el primer punto del torneo.
En la última bola del partido, los defensores tiburones se quedaron frenados en el campo viendo como avanzaba a toda velocidad Juan David Ríos quien dribló entre dos marcadores para luego definir ceñido a la figura de Sebastián Viera, que no logró desviar la pelota. Fue el 2-1 en el minuto 93.
Con esto Junior comienza, desde muy temprano, a poner peros en su clasificación. De otra parte, ahora los barranquilleros deberán concentrar todos sus esfuerzos para redondear su paso a la fase de grupos de la Copa Libertadores, lo cual daría otro compás de espera a los hinchas para lograr resultados en la Liga.
Por otro lado, quedó demostrado que a Junior ya de por si le cuesta mucho trabajo armar un primer equipo competitivo para la Copa Libertadores, como para pensar que un equipo alterno se puede enfrentar en Liga. Una lección que se espera que Gamero entienda más temprano que tarde. Por el bien del equipo y de él mismo.