Junior dijo adiós a la Sudamericana: ganó, pero nuevamente afectado por el árbitro
Derrotó 1-0 a Coquimbo Unido, en un partido donde le negaron un tiro penal.
Junior mereció mejor suerte y a pesar de que ganó 1-0 de visita ante Coquimbo Unido, quedó eliminado la noche de este miércoles de la Copa Sudamericana, en un juego donde nuevamente la polémica arbitral salió a relucir y en donde quedó claro que la mala suerte le jugó en contra.
Todo se volvió a juntar, el Covid-19 y un cuestionado arbitraje de Víctor Carillo atentó ante las posibilidades de una remontada épica que ilusionó a los hinchas y que trataron de hacer realidad once gladiadores que todo lo que tenían a la mano era al compañero a su lado, tras los aislamientos obligados por un caso de coronavirus detectado en Chile.
Los primeros quince minutos del duelo fueron los más dramáticos, pero al mismo tiempo alentadores, que cualquier hincha rojiblanco pudo soñar. Pues si bien, un gol empezando eran ideales, nadie se imaginó que el gran enemigo sería su aliado. Ya hace carrera una frase en el fútbol, el VAR te da y te quita.
A los 5 minutos, en la primera jugada de aproximación de riesgo real para la visita, el tan criticado Edwuin Cetré encaró al portero Matías Cano, lo sacó del paso y luego fue derribado para un claro penal que pasó por alto Víctor Carrillo. Increíblemente solo sancionó el tiro de esquina.
Sin embargo, el VAR lo llamó a consulta. La reconsideración fue efectiva y señaló un tiro penal que fue aprovechado por Miguel Ángel Borja para marcar su tanto 20 del año, al engañar al portero y acomodar el balón al poste de su mano derecha, mientras volaba burlado a la izquierda.
¿Será que el milagro se hará? A esa altura todo lo que se podía era correr, era aprovechar el chorro anímico y apretar a un conjunto de Coquimbo que se vió sobrepasado por el ímpetu rojiblanco.
A los 12 minutos, una pelota dividida en el área entre Borja y un defensor, que metió la mano para un evidente cobro de tiro penal, fue llamada a consulta por el VAR. Nuevamente Carrillo miró el monitor y a pesar de la evidencia, esta vez hizo caso omiso y robó una oportunidad de empatar a los barranquilleros.
En fin, el partido era contra todo y contra todos. Pero así se podía jugar y había que dar la vuelta a la situación complicada. Junior se veía definitivamente superior a sus rivales, pero atacando con la prudencia de no ir a regalar nada.
Eso quedó en evidencia a los 31 minutos, cuando Diego Aravena entró por la derecha luego de un mal movimiento de la defensa para enfrentar mano a mano a Sebastián Viera, quien salvó en el achique para mandar la esférica al tiro de esquina.
Junior buscó en la pareja por la derecha de Fabián Viáfara y Daniel Moreno para hacer daño. Además, encontró en Didier Moreno un obrero dispuesto a trabajar incansablemente. Teófilo Gutiérrez, en cambio, le quería poner talento e inteligencia al partido.
Al pitazo del mediotiempo, Junior se fue ganando y haciendo un esfuerzo importante para escalar en el resultado que ahora lo tenía a un gol de distancia. Vía telefónica, desde su aislamiento, Luis Amaranto Perea impartió las órdenes y planificó un segundo tiempo donde se jugaba un año de esfuerzo, lágrimas y dolores.
Aunque en el inicio del complemento fue el Coquimbo el que quiso presionar, la más clara del reinicio fue de Daniel Moreno, tras una jugada tejida entre Borja y Teófilo, que terminó en un disparo por encima del travesaño, a los 56 minutos. Junior avisó lo que podía llegar en ciernes.
Sin embargo, los ‘Piratas’ comenzaron a manejar le juego y ante la falta progresiva de piernas de un equipo sin recambios, poco a poco la ilusión se fue apagando para los junioristas, que pelearon hasta el final con lo poquito que le quedaba en las piernas.
A pesar de todo, hasta en la última tuvo oportunidad, en un tiro libre que Freddy Hiestroza ejecutó y se fue muy cerca del poste. Un suspiro que se llevó las esperanzas que murieron con el silbatazo final del partido.
Junior cerró su año ganando. Aunque no le alcanzó para más, fue una despedida digna, dejando todo en la cancha. El próximo reto será en las oficinas, a ver si se compra al goleador Miguel Ángel Borja, mirar quienes se van y con qué se rearma la nómina y sobre todo darle la confianza a Luis Amaranto Perea.
Contra los árbitros, las líneas raras del VAR y el Covid-19, Junior luchó hasta el último día en este 2020 que dejó su huella en lo más profundo de sus hinchas, directivos, jugadores y cuerpo técnico.
Hasta el 2021, para ir por más.