Jesús Adrián González en su papel como juez de línea.
Jesús Adrián González en su papel como juez de línea.
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Cristian Mercado.

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Jesús Adrián, el niño árbitro que le sacó tarjeta roja a la discapacidad

A pesar de la falta de una pierna, se prepara para ser juez de fútbol profesional.

Colgada de las cuerdas de una repisa, en la oficina del Colegio de Árbitros del Atlántico, está la foto que demuestra el viejo adagio, querer es poder. La imagen afirma que no existe obstáculo que un corazón decidido no pueda superar, impulsado con las alas que dan los sueños.

Esta es la historia de Jesús Adrián González, un niño de 10 años, que sueña con ser árbitro profesional, a pesar de que nació sin la pierna derecha. Más le ha valido su amor a su sueño que cualquier otra situación que lo pudiera hacer tropezar mientras camina a su destino.

Jesús Adrián se sentó a hablar con Zona Cero la noche del miércoles, justo en una jornada de capacitación organizada por el Colegio de Árbitros del Atlántico (Arbiatlántico), una asociación sin ánimo de lucro fundada en el 2018 y que tiene como misión formar jueces para el fútbol.

Hoy en día ya tienen más de 52 árbitros afiliados, la mayoría entre los 18 y 25 años, pero donde Jesús Adrián se destaca no solo por ser un silbato precoz, sino por ser hasta ahora el único no convencional por la falta de una de sus extremidades.

Jesús Adrián durante una capacitación del colegio.

Fue un día normal para él, quien dice no disfrutar mucho de madrugar. Se levantó a eso de las 10:00 de la mañana, comenzó a alistarse con calma para su jornada saliendo del barrio Las Gaviotas, al sur de Barranquilla, donde habita. 

Nos contó que fue a las terapias que debe recibir para poder seguir ganando movilidad y fortalecimiento sobre la prótesis que utiliza en su vida diaria. Luego, asistió como todas las tardes a su jornada escolar, en el Colegio Noroccidental de Soledad.

Tan perfectamente ha logrado dominar su situación especial, que ayudado por el pantalón largo del uniforme del colegio, pasa inadvertido entre sus compañeros de clase y la mayoría de sus profesores.

Estos solo se enteran de la falta de su pierna cuando directamente él hace la referencia, y es si necesita algún permiso especial.

Dice su padre que camina a la par de los demás. El pantalón se ciñe con perfección al artilugio que lo mantiene en pie y gracias a su talento en las aulas, es uno de los mejores de su clase.

Algunas veces en el pasado tuvo problemas con sus compañeros por la falta de su pierna, pero a golpe de temperamento aprendió a manejar cada situación. 

La conversación fue bastante espontánea, coloquial, sentados en una pequeña oficina donde funciona Arbiatlántico, en la Unidad Deportiva ‘Pibe’ Valderrama, a unos metros del Estadio Metropolitano, sobre la Avenida Las Torres. 

Elkin le pone el zapato a la prótesis de Jesús Adrián.

Ya la noche había caído con su profundo telón oscuro y era un poco más calurosa de lo habitual. Ese día un fuerte aguacero sacudió la ciudad, todo aún estaba humedecido y había charcos por todos lados.

Jesús Adrián llegó saltando con ligereza, para evitar ensuciar sus botines. Tiene la natural agilidad de un pequeño niño, cargado de energía.

En la pared de la pequeña oficina hay un escudo plateado, que se asemeja al de la Federación Colombiana de Fútbol. Se sentó a contar su corta pero no menos emotiva vida.

“Mi papá desde los tres años me llevaba a los partidos, yo lo iba a ver pitar, me quedaba ahí, viéndolo. Prácticamente a ver fútbol porque antes yo era jugador. Comenzó a gustarme esta pasión muy bonita”, dijo.

Su progenitor también es árbitro desde hace 16 años. Se llama Elkin González, perteneciente al mismo colegio arbitral, y desde el primer minuto que su hijo le confesó que quería seguirle los pasos, a pesar de faltarle una pierna, no dudó en apoyarlo.

“Demasiado orgulloso y contento por el niño. Me lo llevaba de muy pequeño, no tenía con quien dejarlo. Él se inclinó por el arbitraje, tiene mucho conocimiento del reglamento. Se sabe las 17 leyes. Le fue cogiendo amor y lo fuimos instruyendo”, dijo el padre.

El chico cuenta con el apoyo de todos sus compañeros colegiados.

Se ha sabido ganar la confianza, por sus dotes de buen alumno disciplinado y comprometido, como lo advierte Jorge Acosta, presidente y fundador de Arbiatlántico, quien recordó el día en que le pidió la oportunidad, un día su papá lo llevó a clases.

“A él le gustó la charla, le gustó el entrenamiento. En el año 2019 Jesús Adrián empieza el proceso con nosotros y de una vez él me dice que quiere ser árbitro como su papá y yo le dije: claro, todo lo que te propongas lo puedes hacer. Esa es una premisa como persona, lo se quiere se puede”, destacó.  

Desde ese momento entró en la tutela de Elkin, Jorge y los instructores Stiven Montesinos, Joaquín Gutiérrez y Analdo Gómez.

Silbatazo inicial

Jesús Adrián sueña con algún día dirigir un partido con los grandes jugadores del mundo.

La justicia es algo que el ser humano busca desde que comienza a tener uso de razón. Hace parte de la esencia misma ser recompensado por las buenas acciones, así como también, ser castigado por las malas conductas.

Ese apego a los merecimientos es lo que ha enamorado a Jesús Adrián de la vida del árbitro, ese mismo que por administrar justicia muchas veces es vilipendiado por los insultos de los aficionados.

“Me gusta mucho más el arbitraje. Hacer cumplir las reglas del juego. Porque es muy importante, hacemos justicia dentro del terreno”, aseguró.

El conocimiento al pie de la letra de las 17 reglas que tiene el fútbol, más ese sentido de justicia, fue lo que con el tiempo le fue abriendo las puertas para dirigir su primer compromiso el año pasado.

La foto colgada de la repisa retrató aquel momento, el más importante hasta ese instante para Jesús Adrián.

La foto del primer partido dirigido por Jesús Adrián.

Fue la primera vez que dirigió un partido de fútbol, en debut a lo grande porque fue en un torneo competitivo entre niños de su misma edad, en el 2021 cuando tenía 9 años.

“El año pasado le dimos la oportunidad. Habíamos hablado con el profesor Ricardo Garizabalo y la profesora Helen Acosta, organizadores de la Copa Caribe, tuvo la oportunidad de hacer su debut triunfal, le fue muy bien. Tuvo mucha confianza. Posteriormente le hicimos la consulta a la Liga del Atlántico y tuvieron a bien autorizarnos. Ha venido teniendo una experiencia importante”, manifestó Acosta.

Jesús Adrián atesora la evocación de aquel día como en el que comenzó a volver realidad su más grande anhelo.

“Esa primera vez de Jesús Adrián nos sorprendió mucho. Superó todas las expectativas. Esperábamos algo más sencillo. A pesar de su corta edad se preparó físicamente, y pudo sacar adelante ese compromiso que en ese momento era el más importante de su vida a sus 9 años”, agregó Acosta.

Jesús Adrián se pone su prótesis.

Eso sí, dejó sorprendidos al grupo de trabajo de esta casa periodística al revelar cuál fue el segundo sueño cumplido de su vida, logrado apenas 24 horas antes de sentarnos en la pequeña oficina.

“Fue muy lindo, bacano. Fue el primer sueño que cumplí en mi vida. El segundo fue hablar con Wilmar Roldán ayer. Me dijo muchas cosas del arbitraje, que entrenara duro. Para mí es un árbitro importante, por su carácter, por su forma de pitar”, aseguró.  

El árbitro profesional barranquillero Bismark Santiago, quien conoce de cerca al pequeño, le hizo el puente. Roldán, mundialista y uno de los más famosos en el continente, es el espejo donde se ve reflejado con una sonrisa y ojos brillantes cuando habla de él.

El aplomo de su hijo, le ha valido a Elkin González que más de una vez se le asoma una lágrima.

“Él pita con una emoción que a mí me llena. Compañeros que van conmigo, también los llena mucho. Los hinchas de los equipos lo aplauden”, detalló.

El papá admite que no han sido años fáciles, menos en una etapa de la vida donde el pequeño tiene que convivir con otros infantes que no entienden muy bien la condición de discapacidad, al verlo con una prótesis.

“Hablando de ella, tiene una que le dio la EPS pero que lógicamente es muy pesada. Yo a veces me siento como padre… usted lo debe entender… viéndolo correr con ese peso haciendo esfuerzo, pero lo hace con amor”, asegura.

Una prótesis y un banderín

Jesús Adrián durante sus funciones como juez de línea.

“No significa nada, normal”, expresó sin siquiera pestañear Jesús Adrián cuando se le consultó por la falta de su pierna. Para él, no tiene la más mínima de las relevancias. Está más que convencido a pasar por encima de esas adversidades.

Elkin González ha sabido criarlo así. La razón por la cual lo llevaba siempre a los partidos –lo que más tarde le creó el gusto por el arbitraje- fue que hace tres años su esposa Joiceht Polo falleció a causa de una lamentable enfermedad.

“Es una situación que no se la desea uno a ningún ser humano en la tierra. Es algo difícil. Dios tiene un propósito y hay que aceptarlo, de la mejor manera. Como Jesús Adrián dice que los tropiezos sirven para uno levantarse”, recordó Elkin.

Jesús Adrián se está especializando en ser juez de línea.

Pese a todos esos dolores en la vida que parecen tan injustos para un niño, nuestro juez ha sabido levantarse. Pero hay algo que últimamente no lo está dejando estar en pie y el que lo hace cojear evidentemente mientras corre como árbitro de línea con la banderola: es su prótesis.

“Me aprieta y me pesa. Sí, me gustaría tener una prótesis nueva donde pueda correr. Hacer físicamente todo”, expresó Jesús Adrián.

La prótesis que utiliza es la recomendada para un niño de 7 años, además está fabricada en materiales para uso diario convencional. No es la de un deportista, por lo tanto, lo afecta en sus labores como árbitro.

Es por eso que el recuerdo de aquel primer partido como árbitro central en el 2021 no termina de ser tan grato.

“Ese día desafortunadamente no pudo finalizar el partido teniendo en cuenta que no cuenta con su pierna derecha y su prótesis no es la adecuada para un deportista. Ya para su edad no le queda bien y tenemos esa pequeña desventaja con él. Esperamos que próximamente pueda contar con una prótesis adecuada”, explicó Acosta.   

Jesús Adrián necesita ahora una nueva prótesis.

Armado de su banderín en una mano y su prótesis en una pierna, Jesús Adrián enfrenta con coraje y determinación los años que le quedan para lograr sus grandes sueños, que no son pocos y tampoco imposibles.

“Yo quiero pitar Mundiales. Y conocer en persona a Wilmer Roldán y a Jhon Alexander Ospina. Mi sueño es ser cuarto árbitro en el Metropolitano. Me gustaría pitar unos Paralímpicos, porque tienen la misma discapacidad que yo”, confesó.

Son estas las cosas que mantienen andando el corazón de Elkin.

“El sueño que yo quiero para mi hijo, es el que tiene él. Su sueño es llegar a árbitro profesional y todo lo que esté a mi alcance se lo voy a brindar para que lo logre. Que Dios me tenga en pie para apoyarlo con todos sus proyectos”, sentenció el padre.  

Jesús Adrián se acomoda su prótesis.

Caminamos, evitando los charcos del aguacero de la tarde, a una de las canchas del Complejo Deportivo, estaban llenas a esas horas de escuelas que forman jugadores.

Ellos sueñan hacer goles por todas partes del mundo. Muchos ni piensan en los árbitros. Los toman como un elemento del decorado habitual del fútbol.

Pero Jesús Adrián salta a la cancha y de inmediato los padres de los futbolistas preguntan si actúa para una película.

Los niños jugadores dejan de correr tras la bola y lo reconocen como una autoridad.

Sus profesores le remarcan el método para manejar el banderín y la forma de correr sobre la línea, cómo enrostrar las tarjetas y qué decirle a los infractores.

Él, como juez, solo tiene una sentencia para todos los que se inspiren en su naciente historia.

“Que sigan adelante. Que luchen, que en el camino siempre van encontrar tropiezos, pero lo importante es levantarse”, cerró.   

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