Jan Hirt se impone en la línea de meta.
Jan Hirt se impone en la línea de meta.
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Jan Hirt ganó la etapa del Mortirolo: Richard Carapaz mantiene la camiseta de líder

Empezó la última semana, cargada de alta montaña.

El checo Jan Hirt (Intermarché Wanty) fue el hombre más fuerte de la numerosa fuga de la jornada y se adjudicó la victoria en solitario en la decimosexta etapa del Giro de Italia, disputada entre Salò y Aprica, con un recorrido de 202 km, en la que Richard Carapaz (Ineos) guardó la maglia rosa, aunque al final cedió 3 segundos al australiano Jai Hindley, quien le sigue en la general.

Hirt (Trebic, 31 años) sorprendió en la última subida del día en el Valico de Santa Cristina con un ataque que fue definitivo. Se marchó solo hasta meta dejando clavados a sus compañeros de fuga, entre los que iba Alejandro Valverde. Tampoco se dejó alcanzar por los favoritos, con Carapaz, Landa y Hindley tratando de meter tiempo a Almeida.

Finalmente Hirt se llevó una etapa de prestigio entrando en meta con ganas de celebrar el mayor éxito de su palmarés, donde figuran 5 victorias. Marcó un tiempo de 5h.40.44, con 7 segundos de adelanto sobre el neerlandés Thymen Arensman (DSM) y 1.25 minutos sobre el cuarteto de Hindley, que rebañó 3 segundos de bonificación, Carapaz, Valverde y Landa. El portugués cedió 14 segundos respecto a sus rivales directos.

La etapa mítica del Mortirolo no revolucionó la general, solo aportó detalles mínimos. Carapaz controló la etapa sin quemar las naves. Al final alejó a Almeida, buen dato para la crono final, pero se le acercó Hindley a 3 segundos. El portugués queda tercero a 44 segundos y Landa cuarto a 59. Dentro del 'top 10' quedaron Pello Bilbao, séptimo a 3.51 minutos, y Valverde, décimo a 9.04.

La etapa con apellido propio, "la del Mortirolo", con 5.250 metros de desnivel infundía respeto y convencimiento de que empezaba el Giro "de verdad". La etapa salió lanzada de Saló, la pequeña localidad que popularizó en el cine Pier Paolo Pasolini, con una fuga de 6 corredores en la que entraron Van der Poel, De Gendt y Cavendish, y que no fue a ninguna parte.

Subiendo el primer puerto, el Goletto di Cadino (1ª, 19,9 km al 6,2 por ciento) se fueron juntando corredores hasta superar la veintena, con presencia de Valverde, Carthy, Hirt, Poels, Kelderman, Kamna, Ciccone, Formolo, Yates...un grupo interesante, que por número y calidad podía plantear batalla por la etapa.

El francés Guillaume Martin era el mejor clasificado en la general, décimo a 8 minutos. Ese dato obligó al Ineos de Carapaz, sin hombres delante, a mantener la escapada a raya. Los favoritos pasaron por la cima a 2 minutos de Ciccone, quien puntuó en cabeza llevándose 40 puntos preciosos por el maillot azul de la montaña que trata de arrebatar a Bouwman, segundo en el alto.

Tras 20 km de descenso el recorrido fue filtrando unidades. Pasado el pueblo de Edolo, punto de partida del Mortirolo, quedaban 7 al frente. Aguantaba Valverde, con Poels, Kamna, Bouwman, Rota Arensman y Hamilton, y se juntó más tarde Carthy.

El español, a ritmo, alimentaba sus esperanzas de hazaña a sus 42 años. El ascenso del mítico Passo del Mortirolo (1a, 12,6 km al 7,6 con rampas del 16 no revolucionó la teórica etapa reina. La cabeza coronó el luminoso y animado Mortirolo con Bouwman delante. Buen pellizco a la "maglia azzurra". La rosa, o sea, Richard Carapaz, a buen recaudo, aprovechando junto a su equipo el ritmo que asumió el Astana de Nibali. Por la cima pasaron a 4.30 de la cabeza.

Las esperanzas de batalla entre los grandes se diluía por momentos. El Teglio, un puerto no puntuable de 5 km al 8 por ciento desgastó las fuerzas del personal, y juntó a todos los perseguidores, incluidos los favoritos, contra el septeto que abría carrera. Mikel Landa y Pello Bilbao bajando pusieron a todos en fila india.

Nada más empezar el Valico di Santa Cristina (1ª, 5,6 km al 8,2 con rampas del 16) la carrera se animó de inmediato. Atacó el alemán Kamna con fuerza rompiendo la tranquilidad en la fuga, pero no aguantó el ganador en el Etna. Le alcanzó el checo Hirt para coronar en solitario y lanzarse bajando hacia meta.

En el grupo principal atacó Landa a 4 km de la cima llevándose a rueda a Carpaz y Hindley, y soltando a Almeida. Hubo susto en plena subida. Pello Bilbao probó el asfalto al impactar la rueda de Landa con la suya. Viejos fantasmas sobrevolaron camino de Aprica, donde hasta Indurain agarró una potente "pájara" en pugna con Pantani, o donde el propio Landa triunfó en 2015 con el maillot del Astana.

Hirt ya no cedió, ni ante los perseguidores de la temprana fuga ni ante los grandes de la general. El checo, ganador de la Vuelta a Omán, se fue directo a darle al Intermarché la segunda etapa en el Giro, después de la lograda por el eritreo Girmay. Un premio de enorme prestigio para Hirt y su equipo.

Los hombres de la general asumieron que debían ir juntos hasta meta, interesados en meter algunos segundos a Almeida, un corredor resistente, de los que nunca se dan por vencidos.Al final todo fue cuestión de un puñado de segundos. El Mortirolo no se comió a nadie.

Este miércoles la decimoséptima etapa tendrá lugar entre Ponte di Legno y Lavarone, con 168 km de recorrido, otra etapa de alta montaña con el Passo del Tonale de inicio (no puntuable, 8,6 km al 6,3 por ciento), el Giovo (3a, 5,9 km al 6,8), Valico del Vetriolo (1a, 11,8 km al 7,7) y Monterovere (1a,8 km al 9,6), con la cima a 8 de meta.

EFE

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