En fútbol: Barranquilla invicta en Juegos Centroamericanos
Nos enorgullece y nos ratifica aún más como la verdadera Cuna del Fútbol de Colombia.
Como hace 72 años, aunque con recorrido un poco diferente y lógicamente protagonistas distintos, Colombia repitió la historia en materia de fútbol centroamericano en el mismo mítico pero hoy cambiado Estadio Romelio Martínez. Aquella vez la selección consiguió su primera corona de manera invicta y dirigido por un extranjero, el peruano José Arana Cruz, un técnico que había actuado en el fútbol profesional en su país.
Aquella vez, Venezuela, rival de la noche reciente 31 de agosto (2018) había sido superada por Colombia 2 goles 0 en la segunda fecha jugada el 11 de diciembre de 1946. Y el contrincante más cercano en la disputa del título fue Panamá. En esta ocasión la selección colombiana estuvo dirigida por el técnico caribeño Arturo Reyes vinculado hace algunos años a las menores del Club Junior y recientemente colocado en el combinado tricolor 2018.
Colombia comenzó este torneo con poca fortuna y precisamente su primer partido fue perdido ante Costa Rica. Pero luego comenzó su trayecto victorioso frente a otros contrincantes, uno de ellos Honduras, con el que logró emparejar luego de estar en desventaja y frente a Haití que lo tuvo por buen rato casi eliminado. En el 46 Colombia acumuló 12 puntos gracias a sus triunfos frente a Curazao al que venció 4-2, siguió frente a los venezolanos superándolos 2-0, sobre Guatemala 4-2 siguiendo ante Puerto Rico 4-1 ante Costa Rica también por 4-1 y finalmente frente a Panamá al que ganó 2-1.
Queda claro. eso sí, que en tierras del Caribe Colombia es insuperable en estos juegos centroamericanos. Tres veces, de los juegos celebrados en el país, Barranquilla en dos ocasiones: 1946 y 2018 y una más en Cartagena 2006 el triunfo y la medalla de oro del fútbol han quedado en casa.
El histórico escenario de la 72 ha servido como epicentro de brillantes gestas futbolísticas. Antes el llamado Estadio Municipal y hoy Romelio Martínez sigue invicto. Sin importar que se le haya cambiado el sentido competitivo de la cancha, ni las remozadas graderías que ahora apuntan a otros horizontes, el mítico escenario ha servido para seguir escribiendo páginas gloriosas ante su hinchada fiel y categórica del barranquillero puro. Pareciera no, seguro estamos, que en ese estadio se mezcla perfectamente el espíritu combativo del equipo y el mágico impulso de la hinchada que con su aliento incansable contagia a propios y extraños.
Lo de la noche del 31 de agosto fue brillante. Colombia sintió desde bien temprano el aliento incansable y ferviente de sus seguidores. Venezuela que acudía con un ligero favoritismo por ser un equipo con una base de jugadores subcampeones del mundo sub-20 y de continuidad en distintas categorías quiso imponer su categoría; pero los colombianos entendiendo que la casa hay que hacerla respetar salieron con una disposición y mentalidad arrolladora. Por eso desde los primeros minutos asumieron el protagonismo que correspondía como anfitriones y respondiendo al compromiso frente a sus seguidores que hicieron ver pequeño el escenario para este crucial juego.
A los 12 minutos como resultado de la temeraria ofensiva colombiana apareció la primera anotación. No importaba que fuera mediante un autogol del defensor Jean Gutiérrez quien en la desesperación por evitar un remate la introdujo en su propio arco. Era el resultado de una constante y temeraria ofensiva colombiana.
Treinta minutos después el golazo de Leonardo Castro de tiro libre fusilando al portero venezolano sellaría la victoria ante los visitantes que aunque acortó distancia con el gol de Yohandri Orozco a los 37 minutos y las arremetidas en todo el segundo tiempo, no le alcanzaría para igualar el marcador.
Sí, fue muy apretado el triunfo. Así se preveía y así fue. El rival fue exigente y eso hizo más vibrante y emocionante el titulo cuando el árbitro mexicano Marco Ortiz dio el pitazo final. El público respiró tranquilo como tranquilo respiraría el mismo seleccionado colombiano. Entonces la alegría desbordó por todo el estadio y mientras los campeones se confundían en emocionados abrazos, la gente en las tribunas feliz coreaba el nombre de Colombia, Colombia..! La historia señalará desde entonces un capítulo más escrito en los registros del fútbol, Centroamericano y del Caribe.
El título fue un baño más dorado en la gran campaña de los atletas de Colombia en estos Juegos XXIII Centroamericanos y del Caribe. Reafirmando la capacidad colectiva del fútbol que como en aquel 46 en el mismo escenario conquistaría la primera gran medalla dorada en este deporte.
En aquel ayer (1946) El primer título oficial para el fútbol colombiano se obtuvo bajo la conducción del técnico peruano José Arana Cruz, quien contó con la siguiente nómina de jugadores: Julio "Chonto" Gaviria, Dagoberto Ojeda, Gabriel "Vigorón" Mejía, Mario Marriaga, Víctor M. Brand, José Santamaría, Luis Eladio Vásquez, Luis Gastelbondo, Juan A. Quintero, Edgar Mallarino, Casimiro Guerra, Rubén Arango, Faustino Castillo, Octavio Carrillo, Gabino Granadas, Carlos Arango Medina, Jaime Cardona, Luis C. González, Fulgencio Berdugo, Dimas Gómez, Octavio Ruiz y Rigoberto ‘Memuerde’ García.
En el hoy (2018) los protagonistas encabezados por el entrenador Arturo Reyes son: Kevin Mier, Andrés Reyes, Juan Palma, Larry Vásquez, Iván Rojas, Julián Quiñónez, Leonardo Castro, Hayen Palacios, Neider Barona, José Enamorado, Luis Sandoval, Yeison Toloza, Breiner Paz, Yeizer Góez, Cristian Mina, Brian Vera, Leiner Chaverra, Michael López y Gustavo Carvajal.
Dos veces hemos sido sede de Juegos Centroamericanos y del Caribe y dos veces hemos conquistado los máximos honores en el deporte que más desborda la pasión y despierta el mayor interés y entusiasmo en el mundo. Nuestra casa y nuestro estadio Municipal Romelio Martínez siguen invictos.
Y Si hay algo que desborda la emoción en especial del barranquillero, lo es sin duda el fútbol. Por eso, cada conquista, como ésta a nivel internacional, nos enorgullece y nos ratifica aún más como la verdadera Cuna del Fútbol de Colombia.