A Carlos Bacca, el médico Luis Javier Fernández lo quiso desterrar del fútbol en plena pretemporada del Junior para el segundo semestre de 2023. Tocó a un jugador idolatrado por la afición, aunque no estuviera pasando por un buen momento y eso lo pagó con su salida del equipo rojiblanco. 

En plena euforia por el título conseguido ante el Medellín, Bacca declaró que seguía esperando las disculpas de Fernández, quien dijo que el atacante de Puerto Colombia tenía una “lesión irreversible” y prácticamente lo desahució para el fútbol.

Bacca no se explica por qué Fernández dio esas declaraciones a sabiendas de que el único perjudicado era Junior y él tenía contrato vigente con el equipo.

Antes del partido de ida de la final contra el Medellín, en Barranquilla, Bacca se refirió a Hernán Darío Gómez y contó que cuando Fernández dijo lo que dijo, lo llamó a manifestarle que le habían dolido las palabras del galeno y le abrió la puerta para quedarse en Junior.

Sin embargo, ‘Bolillo’ tampoco era partidario de que Bacca se quedara. En cierta ocasión reconoció que estaba “berraco” con el delantero porque no marcaba goles y porque este se molestó por jaberlo sacado en un partido. También, en otra rueda de prensa, expresó que el atacante estaba para enseñar, más que para jugar. Pero lo que dijo Fernández causó tanto revuelo, que Gómez cambió su postura y se lo hizo saber al delantero rojiblanco.

Bacca, al enterarse también de que no iba a ser inscrito, fue a hablar con el máximo dirigente del Junior, Fuad Char, para pedirle una oportunidad. Que por lo menos lo dejara hacer la pretemporada para ponerse a tono.

El exsenador aceptó, pero en medio de eso salieron a la palestra las declaraciones de Fernández. No obstante, Bacca realizó la pretemporada y su rendimiento en esta terminó de convencer a ‘Bolillo’.

Bacca reconoció que cuando regresó al Junior, a mediados de 2022, tenía un problema en su rodilla derecha, que tenía cierto desgaste, pero que Fernández lo revisó y junto con el cuerpo médico del Junior diseñó un plan para recuperarlo.

Bacca dio todo en la pretemporada para llegar en óptimas condiciones al inicio del campeonato. El primer semestre había sido para el olvido, pero creía que aún podía serle útil al Junior y ayudarlo a conseguir cosas.

Con su rendimiento, y con sus goles,  silenció a aquellos que quisieron acabar con su carrera. A los que decían que sus mejores años habían pasado y que lo mejor era que pensara en el retiro.

Pero el atacante no quería irse del Junior por la puerta de atrás. Tenía un propósito y era cumplirle un deseo a su señora madre Eloísa Ahumada, fallecida en 2021, que quería que su hijo regresara al equipo rojiblanco para ser goleador y campeón.

Bacca logró ambas cosas y, por ello, al final del partido, en la transmisión de Win Sports, no aguantó el llanto. Recordó a su mamá, que está en el cielo, y confesó que, desde su partida, era la primera vez que lloraba por ella.

El goleador tuvo un semestre de ensueño. Marcó 18 goles y ganó su tercer Botín de Oro en el fútbol colombiano, sobrepasó los 300 goles en el balompié profesional, se convirtió en el segundo máximo artillero del Junior en toda su historia (lleva 103 tantos) y, como capitán de campo, levantó el trofeo de campeón de Liga.