Mauricio Pochettino, técnico del PSG.
Mauricio Pochettino, técnico del PSG.
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EFE

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Ante las críticas, técnico del PSG asegura que están "en el buen camino"

Mauricio Pochettino, a punto de cumplir un año en el banquillo del París Saint-Germain.

El periodo de gracia de Mauricio Pochettino ha tocado a su fin. El entrenador argentino, a punto de cumplir un año en el banquillo del París Saint-Germain y empieza a escuchar las primeras críticas al juego del equipo, está muy lejos de las expectativas que hacía albergar su plantilla.

El extécnico del Tottenham reconoció este lunes que hay mucho margen de mejora en un equipo que domina con mano de hierro en la liga francesa y que está clasificado para octavos de final de la Liga de Campeones, pero cuyo juego despierta muchas dudas.

"Estamos en el buen camino", aseguró el argentino, que constata que su equipo sigue "sin el volumen de juego, el entendimiento, la flexibilidad" que necesitan para brillar.

"¿Tenemos que jugar mejor? Sí", aseguró el técnico argentino, colocado en el disparadero por la prensa ante la pobreza del fútbol que produce un equipo en el que figuran nombres como Lionel Messi, Neymar, Kylian Mbappé, Ángel di María, Marco Verratti o Marquinhos.

El duelo contra el Brujas, carente de interés para los parisienses que ya están clasificados para octavos de final y sin opciones de ser primeros, puede ser una nueva reválida sobre su juego ante un rival que en el partido de ida se mostró muy superior.

El entrenador sigue excusándose en el tiempo, que considera la única receta para lograr que todas esas figuras de renombre interpreten una única partitura.

"Hay dos procesos, uno en el juego y otro en el vestuario. Ambos necesitan tiempo para ir creciendo en paralelo", reveló el entrenador que considera que todo va en la buena dirección.

Pochettino aseguró contar con el respaldo del vestuario y del club, pero la prensa no es tan optimista.

"Poco convincente

El influyente L'Équipe detecta una degradación del juego, "poco convincente" del PSG y cree que el entrenador argentino "se encuentra en primera línea" para buscar soluciones. De lo contrario, su puesto corre peligro.

El diario asegura que el entorno de Messi ha mostrado ya sus dudas sobre "las aptitudes tácticas" del su compatriota para hacer brillar una plantilla de esa calidad.

Más duro es Le Parisien, que no duda en considerar "mediocre" el fútbol del PSG y de "fracaso" el trabajo de Pochettino.

Este PSG es el equipo que más goles recibe desde que hace diez años los cataríes lo convirtieran en una constelación de estrellas y si los resultados por ahora son buenos, tiene mucho que ver con las buenas actuaciones que está firmando Mbappé.

Messi ha confesado a sus compañeros estar incómodo mientras su familia no encuentra a orillas del Sena el arraigo que tenía en Cataluña, según el diario.

L'Équipe cree que el mundo color de rosa que pinta el entrenador de puertas para adentro tampoco es del toro real.

Pochettino ha jugado la carta de la mano blanda con sus jugadores, una forma de no enfrentarse a un vestuario plagado de estrellas que, en muchos casos, pesan más que el entrenador.

Pero el diario asegura que esa condescendencia ha generado cierto malestar en el club, que ve ciertas derivas, como la fiesta tardía con la que algunos miembros de la plantilla celebraron el séptimo Balón de Oro de Messi, dos días antes de un partido de liga que se saldó con un pobre empate ante el Niza.

El cuerpo técnico se ha mostrado "conciliador" con comportamientos "poco profesionales", según L'Équipe, y eso no ha gustado en ciertas instancias del club.

Pochettino escucha las críticas y se parapeta en los resultados, que a su juicio, a estas alturas de su proyecto, deben otorgarle el margen de maniobra necesario para encontrar el juego que se le exige.

"Todo este ruido se produce porque estamos en el PSG (...) Aunque vengan tormentas, sacaremos el paraguas porque algún día saldrá el sol", asegura el entrenador, que no está dispuesto a cambiar de rumbo pese a las críticas, cada vez más intensas, que empiezan a cuestionar su trabajo.

EFE

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