En un duelo que fue intenso y emotivo, Colombia no pudo cerrar con otra victoria la faena eliminatoria y cedió un sensible empate 2-2 ante Uruguay, en un duelo que inició ganando y donde terminó sufriendo para empatar con amor propio.

El clima, que era el gran temor de los uruguayos en la previa del partido, les tendió la mano en esta oportunidad. Desde inicios de la tarde varios nubarrones cubrieron por completo los alrededores del estadio Metropolitano y tapizaron el ambiente de un gris amenazador.

Sin embargo, la combinación de humedad y temperatura era avivada por una tribuna completamente llena que desde dos horas antes del juego ya estaba colmada y gritaba aliento para los jugadores en el terreno de juego.

Ya en la cancha, los primeros minutos fueron de un sigiloso estudio por parte de ambas escuadras. Colombia tenía la posesión del balón y de la mano de un cerebral Macnelly Torres buscaba las hendijas por las cuales entrar.

De otro lado, Uruguay se preparaba para poder buscar contragolpes de Luis Suárez y Edison Cavani. Además, estudiaba la manera de producir faltas para sacar provecho de su gran virtud: el juego aéreo.

Paradójicamente, fue por la vía del balón parado que Colombia golpeó primero. Justo cuando la amenaza de lluvia se transformaba en aguacero, Luis Muriel levantó un preciso centro para que en entre el punto penal y el área pequeña se levantara Abel Aguilar para introducirla al fondo de las mallas.

Era una reivindicación más que especial. Aguilar, alejado de la Selección por su falta de continuidad, regresaba para que la tribuna gritara su nombre cuando se cumplía el minuto 15.

Sin embargo, la lluvia diluyó las intenciones colombianas y pintó un partido como el que le gusta a los ‘celestes’. En poco menos de 10 minutos habían fabricado tres cobros de pelota quieta y esperaban alguno para sacar provecho.

A los 26, el uruguayo Carlos Sánchez mandó un centro al punto penal que fue desviado por Farid Díaz y que terminó ideal para un cabezazo certero de Cristian ‘Cebollita’ Rodríguez para marcar el empate, a pesar de la volada de David Ospina.

Debieron pasar 25 minutos para que Colombia recompusiera el camino, cuando Carlos Bacca se sacudió del tímido partido que adelantaba hasta ese momento para asistir bien a Juan Guillermo Cuadrado quien lanzó un remate que se fue por fuera de la meta visitante, cuando el reloj marcaba 40 minutos.

Al final de la primera etapa, merced de otro cobro de pelota quieta, Cavani quedó en las barbas de Ospina para poner el de la ventaja, sin embargo el arquero demostró porque es de lejos el mejor del país para quedarse con la bola sobre la raya.

Al descanso, ya sin la lluvia como protagonista los elencos se fueron al descanso. Pékerman ya tenía tomada la determinación. Para la segunda mitad Edwin Cardona entraría al campo de juego por Muriel. Era el momento de traer otro tipo de artillería.

El cambio impulsó un vuelco en la forma en que se desarrollaba el partido. Desde el primer segundo de la parte complementaria, Colombia se volcó sobre el arco de la visita. Prácticamente encerrando en su arco a los ‘charrúas’.  

La insistencia se completó con el ingreso de Roger Martínez en lugar de un desapercibido Carlos Bacca.

Con toda la artillería contra el arco de Fernando Muslera, pronto llegaron los cierres desesperados y los momentos de polémica. Como la mano no sancionada por el juez Néstor Pitana de un defensor uruguayo que pudo haber derivado en un de tiro penal para los de casa, a los 15 minutos.

No obstante, la historia del partido cambiara abruptamente de un un momento a otro. En una pelota larga, previo cabezazo, Luis Suárez dividió una pelota con Óscar Murillo y quedó con el balón en los pies.

El ‘pistolero’ demostró porque es el mejor delantero de área del mundo. En un rápido movimiento y sin apartar su vista de Ospina, remató para vencerlo y poner arriba a la visita a los 27 minutos.

Con el agua al cuello, Pékerman se la jugó con su última posibilidad mandando al campo de juego al cartagenero Orlando Berrío para tratar de poner mayor potencia al ataque.

Colombia no se entregó. A los 35 del complemento Abel Aguilar cazó un buen centro enviado por Berrío, pero que terminó en las manos de un seguro Muslera.

El presagio parecía ser el peor, pero nuevamente el fútbol le dio una bofetada a Uruguay de la manera más impensada. Cuadrado se robó la banda y envió un centro bien medido a la cabeza de un sorpresivo Yerry Mina que desde atrás llegó para clavar la pelota en el ángulo de cabeza, dejando sembrado a Muslera, cuando se cumplían 39 minutos.

El tiempo de reposición llegó con cinco minutos para que Colombia se jugara el alma. Sin embargo, la inteligencia de la visita no dejó que los de casa pudieran hilvanar ninguna acción de riesgo.  

Finalmente, con el mejor estilo de la ‘garra charrúa’ y fusilando de golpe de cabeza, Colombia logró rescatar un punto con el que llegó a 17 unidades y se mantendría, en el peor de los casos, en la quinta casilla.