Las nueve medallas de Sharid Fayad, el premio de una joven que vence sus miedos

El 2021 llegó cargado de grandes retos para la piloto de BMX del registro del Atlántico, la soledeña Sharid Fayad, quien ha respondido a la altura, gracias a su capacidad para reponerse a los desafíos de esta etapa de la vida de crecimiento personal. 

Luego de un año donde a duras penas entrenó en su casa bajo la coordinación de su entrenador, además que vio limitada su vida escolar, ambas cosas por efecto del Covid-19, Sharid inició su calendario con dos pruebas en Estados Unidos.  

“Esta primera parte de la temporada en el año ha sido muy positiva, la verdad. Ha habido un buen balance gracias a todo el trabajo que he venido realizando con mi entrenador, en pandemia en mi casa. Entonces, estoy muy contenta con mis resultados ya agradecida con toda la gente que me apoya”, manifestó en diálogo con Zona Cero.

De un año prácticamente perdido, Sharid tuvo que sobreponerse rápidamente para regresar a la alta competencia y encima de todo cumplir las expectativas de unirse a un nuevo equipo, el Bay Arena que la vinculó a sus filas para competir en las válidas nacionales de los Estados Unidos, de donde es la escuadra. 

“No fue fácil, porque yo no estaba saliendo de mi casa a entrenar. Entonces fue un cambio drástico, duro. Este viaje fue sola, fue una experiencia totalmente nueva. Fue más que todo poder adaptarme, convivir conmigo misma y tener un plan para mi para poder hacer las cosas bien. Fue más que todo mucha responsabilidad y mucha entrega”, analizó. 

Para este nuevo arranque en su vida deportiva, Sharid debió pasar el primer gran obstáculo que tiene una joven de 15 años: tener el permiso de sus papás en medio de una pandemia que ha matado miles de personas en el mundo. 

“En realidad al principio no fue fácil. Mis papás no querían soltarme, me decían, ‘cómo vas a ir ahora’, es más ni siquiera fuera de pandemia, ellos me decían antes ‘tú no puedes ir todavía’. Entonces el equipo Bay Area habló y mi familia confió mucho en mí: salir sola a los 15 años, en medio de una pandemia, fuera del país, no es fácil”, reconoció. 

Es que en el equipo Bay Arena han depositado su confianza desde el primer minuto en la soledeña. Al dueño del equipo, Howard Cato, le bastaron solamente un par de referencias de sus corredores y sus madres para vincular al crédito del Atlántico. 

“Ahí tuvieron que ver mucho las mamás de dos amigos que están en el equipo. Ellos estuvieron pidiendo referencias y ellas me recomendaron y hoy en día estoy trabajando con ellos, hay una relación muy chévere con los dueños del equipo. Fueron las mamás de Santiago Santa y Manuela Roldán. Estoy muy agradecida con ellas”, afirmó Fayad.  

Sin embargo, estos retos para brillar sobre la cicla no han llegado solos. Sharid acaba de iniciar su año escolar, sú último año en el colegio pues ya está en once grado. Su más reciente evento se cruzó con el inicio de clases y ahí sí vió como los tiempos se le complicaron. 

“Ya cuando entré al colegio duré una semana por fuera. Ya llevo 10 años con ellos, el colegio ya sabe todo el recorrido que llevo en el bicicross. A veces no puedo estar en la clase y ellos me dejan aplazar las tareas, me dejan montarlas un poco después porque ahora con la virtualidad es un poco más fácil que cuando estábamos presencial. Sigo tratando de ponerme al día cada vez que hay una competencia, y agradecida con los profesores porque dedican tiempo extracurricular para poder ayudarme a entender las clases”, dijo.

Todo este momento en su vida le ha obligado a revaluar ciertas cosas. Sharid Fayad ha tenido que comenzar a mirar sus miedos a los ojos y dar el paso adelante. Está en la edad que pasa de una niña deportista aficionada a una mujer de la alta competencia. 

“Le temo a cosas que son más conmigo misma, porque siempre está esa etapa en el deporte donde uno se cansa mucho y se pregunta ¿esto va a valer la pena? A mi lo que más me da miedo es que un día yo deje de sentir esa pasión por este deporte. Mi miedo es ese, pero no creo que vaya a pasar porque estoy trabajando muy fuerte para lograr lo que quiero”, dijo. 

Pero hay algo mucho más personal que hace temblar el corazón de esta campeona nacional y panamericana.

“Perder el apoyo de mi familia también sería una de las cosas que me dejarían en lo peor. Han sido una base fundamental en mi proceso”, se sinceró. 

“Simplemente el hecho de que mi familia un día diga ‘se nos acabaron los recursos, no podemos más’, o algo así. Simplemente eso, me da como mucho miedo. Pero yo sigo trabajando muy duro con mi familia para poder sacar mi deporte como las cosas que quiero adelante. Yo tengo un hermanito que practica fútbol, es arquero en la Escuela Barranquillera y también lo seguimos apoyando. Seguimos unidos como familia, muy unidos”, agregó. 

Pero así como están los miedos que ensombrecen el alma,  existen las ilusiones que brillan en el corazón. Para Sharid, brillan como el oro. Literalmente.  

“Yo siempre he dicho que muchos quieren llegar a unos Olímpicos. Pero, no es lo mismo llegar a unos que ganarte unos Olímpicos. Así que mi meta es ganar oro, en primer lugar. Para eso se trabaja y no es imposible. Ser la mejor del mundo en los Olímpicos y en el Mundial. En un logro más corto es mantener muchos títulos y mantener el nivel”, aseguró. 

Pero no es todo lo que ha tenido que entrar a definir. Una dura determinación tuvo que tomar: Universidad o deporte y ahí tuvo que llenarse de valor para decantarse. 

“A mi siempre me ha gustado el derecho y llevo como tres años diciéndome que quiero estudiar derecho. Entonces estaba pensándolo muy bien, y a mi me dijeron: tienes toda la vida para estudiar, para el deporte tienes hasta los 32 años. Y es la verdad, he estado pensando en empezar a estudiar después de mi primer ciclo olímpico, que es luego de mi primer año (en la categoría) Júnior". 

"En caso de que me de para correr los Juegos Olímpicos, empezaría estudiar después de ahí. Pero durante ese tiempo, que son como 3 o 4 años, voy a estar estudiando idiomas que es lo que más me gusta. Tengo muy claro que voy a estudiar una carrera universitaria, porque el deporte no me da para toda la vida”, reflexionó. 

Mientras tanto, valiente para lanzarse a la conquista de una pista llena de obstáculos, o como para salir a conquistar al mundo ante los embates del Covid-19, Sharid Fayad sigue demostrando la pasión y el amor que se necesita para salir adelante, con 9 medallas colgadas en el pecho. 

 

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