El jueves en las playas del Hotel Pradomar varios surfistas practican sobre las olas del mar Caribe, mientras algunos turistas se dedican a caminar sobre la arena, en medio del sonido de las aves que revolotean de manera permanente.

Ya en la zona de la piscina, construida hace un año en la nueva torre Nisperal en la que construyeron otras 12 cabañas, una pareja de esposos que viajó desde Bogotá se lamenta porque ya tienen que retornar a su hogar, después de disfrutar durante una semana de ‘un paraíso’, como lo califican sus huéspedes y asiduos clientes.

“Ya nos tenemos que ir, esto es una delicia, acá se respira paz, se come muy rico y la atención es inigualable. No nos queremos ir”, confiesan en medio de sonrisas, mientras son escuchados por el gerente general, Samuel Álvarez Torres.

Este administrador de empresas dice con enorme orgullo que el legado de su padre, Luis Eberto Álvarez, está presente en cada rincón del Hotel Pradomar, desde que lo adquirió hace 55 años a las directivas del Hotel El Prado que lo fundaron hace siete décadas.

Desde entonces, este empresario del turismo ha mantenido en un sitial destacado lo que sus huéspedes llaman un ‘paraíso’ porque lo consideran el lugar ideal para relajarse y disfrutar al máximo, siempre mirando hacia el mar Caribe.

Por eso se preocupa para que sus huéspedes y visitantes se sientan bien atendidos, como en casa y retornen relajados y recargados.

Dice que bien para alojamiento o pasar un día, el Hotel Pradomar es el sitio ideal para disfrutar además de toda una gastronomía y coctelería inspirados, por supuesto, en nuestro Caribe.

Y como todo club de playa, es el epicentro de reuniones corporativas, familiares y de amigos, pero también, testigo fiel de cenas románticas, despedidas de solteros, bodas y fiesta de 15 años, todo, bajo la luz de la luna.

El hotel cuenta con 27 habitaciones con vista al mar, en medio de un ambiente natural rodeado de jardines.

Adicionalmente cuentan con dos escuelas de surf y los fines de semana, sesiones de yoga y relajación.

“Aquí contamos con salvavidas, hay vigilancia permanente en las playas y los vendedores están debidamente organizados porque lo que queremos es ofrecer calidad, pero sobre todo, tranquilidad”.

Destaca en el menú su ‘plato estrella’, un churrasco de robalo sin espina asado al carbón, pero además, platos exquisitos en los que no pueden faltar pulpo, calamares y mojarra.

Recientemente, empezaron a ofrecer tardes para toda la familia, en donde además de la comida de mar, pueden disfrutar de hamburguesas, sandwich o pizza, preparada especialmente en el horno que adquirieron recientemente.

Los viernes tienen música en vivo y para fechas especiales como el Día del Padre, tienen una celebración que comenzará a las 11:30 a.m.

El horario del hotel es de lunes a jueves de 7: 30 a.m. a 11 p.m. mientras que sábados y domingos se extienden hasta la 1 a.m.

“Acá ofrecemos servicio de desayuno no solo para nuestros huéspedes, sino para quienes deseen venir a disfrutar de un excelente menú típico”, añade.

Álvarez destaca que esta empresa es familiar por cuanto trabajan de la mano de su esposa Olga de Álvarez (tesorera), mientras que su hija Jessica se encarga de la parte comercial, y Daniela, del área jurídica.

 “Hemos estado por más de cinco décadas trabajando por el turismo de Puerto Colombia, que está despegando nuevamente por todas las obras que se ejecutan con recursos de la Nación y el Departamento. Tenemos grandes expectativas porque es un polo hermoso, en una esquina privilegiada del Caribe”.

¡Bienvenidos al paraíso! se lee en varios letreros a orillas de la playa en el Hotel Pradomar.