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La prima para los de a pulso

Los gremios han alzado su voz y el gobierno ha respondido. Una variación tiene ahora el subsidio estatal para que las empresas puedan pagar la prima de junio a una parte de sus empleados: Al principio, el Gobierno se sentía satisfecho subsidiando primas de los empleados hasta de un salario mínimo, pero luego, el ministro de Trabajo Ángel Custodio Cabrera, nos sorprendió a todos con que dicho beneficio se extenderá a trabajadores con salarios hasta por un millón de pesos.

Todos los empresarios, incluyéndome, quedamos sorprendidos. La duda que rondaba en los pasillos era de dónde iba a salir el dinero para las primas y muchos empresarios rogaban que el gobierno suprimiera o prorrogara dicho derecho laboral a los trabajadores. Los sectores sociales alzaron su voz y se plantaron en la imposibilidad de que los empresarios indolentes le negaran su derecho a recibir un beneficio irrenunciable. Y el gobierno nos sorprendió a todos con 1 billón de pesos que costará dicho apoyo. Sí, podría ser mayor el beneficio del subsidio pero en un Estado regularmente ausente y que abandona al empresario y a los trabajadores, ambos pueden sentir hoy una ayuda estatal, un milagro que ha hecho el Gobierno Duque.

Durante 15 años en cabeza de mi compañía, nunca el Estado había aparecido para ayudarme en algo: soy socio de una firma de abogados con presencia nacional e internacional. Comencé financiándome con inversionistas, ningún banco me prestaba.

Dicha financiación surgió de amigos y colegas que creyeron en mí y en el proyecto. No trabajo en un sector con beneficios, no soy un producto innovador, no opero como una fundación, no tengo políticos que me hagan lobby para tener exenciones ni mucho menos subsidios o créditos blandos. Siempre que intentamos como empresa ganar una licitación fue imposible, obtener algún beneficio tributario o condonación de alguna deuda, impensable.

Si existo hoy como empresa es gracias al trabajo duro, arduo, honesto e incansable de mi equipo, mis socios, trabajadores y por supuesto, mi persona. Pero hoy, el Gobierno Duque, en plena pandemia, ha hecho el milagro: He descubierto que el Estado existe para el empresario de a pulso.

El Gobierno ha estirado su mano, tal vez pequeña e insuficiente ya que Colombia es un país pobre, pero ahí está, apoyándonos con la nómina, suspendiendo cobro de créditos de los tenebrosos bancos, intermediando los arriendos y sus negociaciones, prorrogando el pago de ciertos impuestos, ayudando en la medida de lo posible con los servicios públicos, colaborando en un mismo equipo con las PYMES, empresarios y trabajadores.

Que aún hay trabas y rezagos entre palabra y ejecución, sí, pero al menos existen decretos que nos benefician directamente. Por fin se puede sentir que el 90% de las empresas del tejido empresarial recibe beneficios del Gobierno. En pandemia, los políticos corruptos la han tenido más difícil, la Procuraduría, la Contraloría y la Fiscalía entienden el costo popular de permitir que roben en las vacas flacas de la crisis y han enfilado todas sus baterías en evitar, fracasando algunas veces, la cooptación de presupuestos públicos. Cuánta ayuda se siente cuando la corrupción es menor y cuánta ayuda se ve socialmente al trabajador cuando el Estado se une en pro de un beneficio social. Nos falta mucho, sin duda, pero jamás se había visto tanto.

Ningún Presidente de los que ha gobernado Colombia hasta hoy quisiera estar en la Casa de Nariño en la actualidad. Ninguno de sus antecesores hubiera querido manejar un país con un fenómeno social y de salud tan complicado como el actual. El Estado ha pasado de ser un ente que se materializaba solo en la DIAN, la UGPP y la tramitología exacerbada que perseguían al empresario de a pulso, a uno que da una prima o incentivo para evitar nuestra quiebra. El Estado colabora o al menos lo intenta y muchas Pymes lo vinimos a descubrir en plena Pandemia.

Con esta columna no estaré avalando las falencias que puede tener el Gobierno en muchos aspectos, pero si ensalzar la decisión de 1 billón de pesos que, con la prima, tomó correctamente el Gobierno del Presidente Duque. Ojalá siga así Presidente, gobernando en un país pobre, pensando en todas las partes, destinando el dinero público a donde debe ir, a la gente, la normal, la de a pulso.