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¡Hora cero en agenda del fútbol colombiano!

De hacerse efectiva la inminente huelga de futbolistas en Colombia, se marcaría un hito en el balompié del país que durante 71 años ha jugado ininterrumpidamente. Pese a situaciones apremiantes que durante algunos años han entornado al fútbol nuestro, este deporte ha podido soportar esos contados embates en los que centenares y miles de practicantes de esta actividad devengan el sustento propio y el de sus familias mientras divierten  y apasionan al público.

La historia nos recuerda que en 1949, un año después de iniciarse el profesionalismo en Colombia, nos vimos fortalecidos con la presencia de muchas estrellas del sur del continente, especialmente de Argentina, Brasil, Perú y Uruguay como consecuencia de la huelga que los argentinos adelantaron durante el gobierno de Juan Domingo Péron.

Equipos como Millonarios, Santa Fe, Medellín, Cali, Cúcuta y el propio Junior acapararon  la enorme ola de desertores futbolistas que entusiasmados por las ofertas colombianas y ante la agobiante situación en sus clubes se vinieron a tierras cafeteras.

Uno de los que mejores provecho obtuvo lo fue sin duda Millonarios de Bogotá trayendo a los Pontoni, Néstor Raúl Rossi, Adolfo Pedernera, Julio Cossi, Antonio Báez, al uruguayo Raúl Pini.  Y con ellos, el joven estrella Alfredo Di Estefano quien se consagraría luego como el mejor futbolista del mundo. Con ellos, Millonarios logró conformar el que se denominó “Ballet azul” y que hicieron calificar en algún momento a los “embajadores” como el mejor club del mundo.

Aquella huelga que se convertiría en un prolongado cese de juegos y que dio paso a la llamada “Piratería” extendida hasta 1953 cuando la FIFA obligó a los protagonistas a regresar a sus clubes, permitió que otros equipos colombianos como Deportivo Cali contratara a varios peruanos para conformar el llamado “Rodillo Negro” encabezado por su estelar Valeriano López; el Medellín con no menos de doce extranjeros, entre los cuales Roberto “Tito” Drago y Segundo “Titina” Castillo, también del Perú conformó la escuadra llamada “La Danza Del Sol”. El Cúcuta igual se trajo una docena de “Charrúas” entre ellos a Julio Terra, Luis Alberto Miloc, Juan José Tulic, Wasignton Barrios,  Dardo Acuña, Lauro Rodríguez, Juan De Luca y Juan Carlos Toja; a los cucuteños le denominaron “La selección uruguaya”.

Junior no se quedó atrás. La escuela brasilera fue la escogida en 1950. Elba De Padua Lima “Tim”, Harold Carijó,  Sebastián Berascoichea, Edgar Pinho, Gil Bernardo, Marinho de Oliveira y Heleno Da Freitas, conocido como el Gitano y estimado como uno de los mejores futbolistas del mundo le dieron un  matiz especial al onceno rojiblanco que se colocó entre los más laureados del país.

En los años ochenta el fútbol colombiano estuvo amenazado por los dineros calientes del narcotráfico que envolvieron a los equipos de Medellín, Bogotá y Cali. El gobierno estuvo cerca de cerrar los estadios y los secuestros y amenazas a árbitros y muerte de algunos dirigentes permeó de tal manera al balompié que solo apocas horas de frenar este deporte se pudo conciliar. Sin embargo el asesinato del árbitro Ortega el 15 de noviembre de 1989 obligó a Dimayor y al gobierno mismo a declarar desierto el campeonato de ese año.

Pero que sepamos, nunca por paro o huelga, el fútbol colombiano ha estado cerca de verse paralizado como en estos momentos. La hora cero está  en la agenda inminente. La Asociación de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) marcó el miércoles de esta semana un punto crucial para que Dimayor y la Federación Colombiana del balompié se dignen por lo menos atender y escuchar las peticiones presentadas desde el pasado 11 de septiembre en las que se estipulan doce puntos de reivindicaciones y mejores condiciones laborales. Así lo ha manifestado el director ejecutivo de la Asociación de Futbolistas Carlos González Puche en caso de que no escuchen las peticiones aclarando que se agotarán todas las instancias posibles.

El propio gobierno a través del ministerio del Trabajo ha convocado para próximos días la crucial reunión en las que plantearan, estudiarán y se decidirá sobre los planteamientos que están respaldados por más de 11 mil cien firmas de futbolistas. Incluyendo la de las mujeres que conforman los clubes femeninos.

La Dimayor y la Federación, como hacen todas las empresas privadas o del gobierno se han mostrado renuentes a las peticiones de los futbolistas, llegando incluso al extremo de ni siquiera atender a los representantes de Acolfutpro.  El presidente de la Federación Ramón Jesurún Franco, y el de Dimayor Jorge Enrique Vélez han hecho oídos sordos a las solicitudes que según Carlos González Puche han presentado desde septiembre del año pasado.

Creemos que un paro o huelga de futbolistas acarrearía un problema no solo de índole deportivo, sino que podría repercutir en lo social dado que el fútbol es en nuestro país pasión y recreación semanal para miles y miles de aficionados y el estar abocado al marginamiento de la máxima expresión deportiva podría motivar otras acciones de protestas.

Nos fortalece la creencia de que el diálogo y entendimiento será el camino para resolver el problema  y no llegar a consecuencias deprimentes. El balón está en cancha de ambos bandos y como árbitro central, el gobierno a través del Ministerio del Trabajo  deberá saber dirigir las acciones en las que nadie resulte perdedor y todos se sientan ganadores.