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El show de las vacunas: ¿ahora matriz de campaña electoral?

Dejado aparentemente de lado el llamado “Show mediático” con la llegada y aplicación de las primeras vacunas en Sincelejo y Montería, con el previo cubrimiento del recorrido que desde Europa cumplió la aeronave de DHL, el desarrollo de esa primera etapa-vacunación en el país- no ha escapado al morbo del pueblo colombiano. El vitrineo, pantallazos y “robo de cámaras” por parte del gobierno encabezado por el propio Presidente Iván Duque y el Ministro de Salud Fernando Ruiz, sigue dando de qué hablar.

Son muchas cosas acontecidas que nos hacen creer que la metodología o estrategia aplicada a nivel nacional para desarrollar el programa de vacunación no ha sido la más acertada. Desde la distribución inequitativa, el olvido de alguna región como sucedió con el Amazonas, la “coladera y predilección” de vacunar a funcionarios y personas ajenas a los llamados de primera línea como son médicos, enfermeros y personal de logística sanitaria y a la propia población mayor de 80 años, sigue dejando mucho que desear.

Las primeras 50 mil dosis de Pfizer que tan injustificado alboroto le mereció al gobierno, y que tanta crítica originó, la llegada de otras 192 mil de Sinovac procedente de la China y el otro lote de  50 mil  de Pfizer, siguen en la mira pública. En algunos casos por la desaparición de algunas dosis, otras al parecer por no contener la cantidad requerida para un eficiente resultado o por la aplicación preferencial; en fin, el escepticismo de la gente no ha podido ser superado totalmente por la desconfianza que por alguna razón se percibe a nivel nacional.

Pero hay un hecho que llama poderosamente la atención y es el pronunciamiento que el propio ministerio de salud emitió en relación a la desaparición de algunas vacunas sin justificación aparente. El Ministro Fernando Ruiz en alocución presidencial durante el programa que a las 6 de la tarde se emite por televisión, respondió que era normal que en un lote grande se pierda entre el 5 y el 10 por ciento del producto. Respuesta para aplacar voces de denuncias por dosis desaparecidas o no recibidas en los lotes comprados.

En nuestra apreciación, de si es aceptable que esto suceda como dice el ministro Ruiz, estaremos justificando que en el gran lote de 35 millones de vacunas compradas por Colombia, se pierdan o reciban con faltantes de 175 mil vacunas (en caso) del 5 por ciento. Y de 350 mil si es el 10 por ciento las que se dejan de recibir. Y si son 50 millones de dosis como afirma el gobierno de ¿cuánto dinero estamos hablando?

Preguntamos entonces ¿Cuánto cuesta la compra de esa cantidad de dosis perdidas o faltantes -porque, entendemos que el gobierno- no dejará de vacunar a esas 175 mil o 350 mil personas que faltarían por vacunarse en el país?  Y, ¿quién pagará el costo de esas vacunas? Seguramente el costo saldrá del bolsillo del pueblo y no del gobierno.

Creo que tal manifestación  del ministro de Salud sobre justificar el faltante o pérdida del 5 y el 10 por ciento en las 35 millones o más vacunas que se necesitan para la población en Colombia no es más que otro desafuero como otros tantos en la actual administración del Presidente Duque. Tal vez sea una forma de disimular la manera irregular que se le ha dado a la distribución y uso  de las vacunas en las distintas regiones donde se ha podido percibir inescrupuloso manejo y aplicación.

No son entonces desacertadas las manifestaciones de algunos en el sentido de que la vacunación en Colombia, como lo ha denunciado la MOE, se convierta en matriz de campañas  propagandísticas y de afectos electorales. La presencia del Presidente Duque, ministros y otros funcionarios de su gobierno, soportados con fotos e imágenes de televisión y alocuciones en ciudades, municipios y  demás regiones del país, pareciera dejar implícito un compromiso con mandatarios seccionales:   “te traje la vacuna, quedas comprometido para que nos acompañes con votos en las próximas elecciones legislativas y presidencial”. Lo que constituye sin duda una  actitud de perversidad política.

Y como decíamos al comienzo, no se entiende que el gobierno nacional y las autoridades de salud insistan en medidas preventivas como el lavado de manos, uso del tapaboca y el distanciamiento social, cuando  se promulga más aperturas de negocios, centros comerciales y almacenes de grandes superficies, se quite el toque de queda y en fin, se abran todos los espacios sin necesidad ya de tomar temperatura, ni limpiar zapatos ni usar alcohol o el gel desinfectante.

Todo esto nos lleva a pensar que a nivel nacional siguen aplicándose medidas absurdas que se replican en otras regiones. Barranquilla no es ajena a tales medidas y curiosamente además se autorice que los billares y bares extiendan sus horarios públicos hasta la una de la madrugada.  “No bajar la guardia porque el Covid 19 no se ha ido”, reiteran  las autoridades, al tiempo que se decretan medidas contrarias a las recomendaciones de prevención.

Colombia está en la lista deshonrosa de países donde peor tratamiento se ha dado a la pandemia del Covid 19. Y nuestro gobierno sigue haciendo esfuerzos para que así sea.