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El coronavirus puede ser una oportunidad

Los que hemos estado encerrados por más de 16 días en un cuarto mirando por una ventana a lo lejos, observando uno que otro pajarito que contempla nuestro encierro desde la libertad, esperando que el virus salga de nuestros cuerpos para regresar a la normalidad, sabemos que esta pandemia puede convertirse en una oportunidad. Así es. Una oportunidad para cambiar nuestro estilo de vida. Y no es que aquí quiera convertirme de la noche a la mañana en un gurú de las dietas y cosas por el estilo.

Está demostrado que el virus es letal cuando impacta un cuerpo con comorbilidades. Un organismo con sobrepeso, diabetes, problemas respiratorios y otras patologías heredadas o creadas por un comportamiento inapropiado en los hábitos alimenticios es presa fácil de este virus ingenioso y caprichoso que ha dejado más de 700 mil personas muertas en el mundo.

No sólo pensando en el coronavirus si no también en futuras enfermedades, esta pandemia nos da la oportunidad de hacer cambios en nuestro modo de vivir y alimentarnos.

 Ya hemos visto que el trabajo en buena parte, con las limitaciones propias de la virtualidad se puede hacer desde casa. En mi caso personal después del coronavirus he entendido que puedo hacer mi informativo. Desde nuestro hogar, teniendo el respaldo técnico en la emisora, puedo hacer entrevistas vía zoom, se logra establecer contacto con el equipo de trabajo vía whatsapp y las nuevas tecnologías se irán adecuando a unas necesidades nuevas que antes las teníamos, pero no las utilizábamos.

 Si el coronavirus nos dio una oportunidad distinta para trabajar, también nos brinda la posibilidad de cambiar nuestro estilo de vida bajo dos premisas fundamentales: Una buena alimentación y la eliminación del sedentarismo.

 Tenemos que entender que la comida saludable no es un alimento insípido imposible de degustar. Estoy convencido que se puede disfrutar de alimentos saludables y al mismo tiempo deliciosos. ¿Quién puede rechazar un buen trozo de fruta, avena, pan integral, yogurt y un consumo moderado de café a la hora del desayuno?

Más fruta en la mitad de la mañana para no caer en la tentación de las bolsitas con comida chatarra para matar el hambre. En cualquier ciudad te venden exquisitas frutas frescas y listas para consumir.

A la hora del almuerzo es bien importante pensar en las porciones. Ahí puede estar el detalle de esos kilos demás que tanto nos angustian. Entonces volvamos a lo natural. Una buena ensalada para comenzar, granos, arroz y algo de pollo, carne o pescado en su justa proporción.

Por la tarde vuelve a jugar la fruta, y por la noche lo más suave posible. Existe una teoría de que las personas deben hacer la última comida del día antes de que se esconda el sol. Por asuntos de salud es importante evitar a toda costa comer y luego irse a la cama a dormir enseguida. Ahí se presentan graves problemas relacionados con una enfermedad terrible que es el reflujo que puede afectar desde la garganta quemando las cuerdas vocales hasta generar úlceras y otras patologías más graves como cáncer.

Bueno, revisando el escrito parece que de la noche a la mañana me volví médico y dietista. No. Sólo quiero dar a conocer mi experiencia personal hoy frente al coronavirus y mañana contra otra probable enfermedad.

 Lo que planteo es que debemos prepararnos para la guerra personal que cada uno de nosotros libra con su organismo frente a las debilidades que podamos tener en materia de salud.

Es como cuando un deportista se entrena para enfrentar su partido más importante. Su cuidado debe ser físico y psicológico. Un buen jugador sabe que no puede consumir alimentos y alcohol en exceso ante de su compromiso. Además debe tener una actitud positiva frente a la vida. Si esos elementos no están alineados es muy probable que no tenga ninguna posibilidad de ganar.

 Cada uno de nosotros representa un deportista. Debemos entrenar lo suficiente para hacer frente a los retos físicos y psicológicos que nos pone la vida. Si estamos en forma las enfermedades las podremos enfrentar de manera diferente, fuertes, entregados a un positivismo que entienda que el compromiso lo podemos superar.

Nadie pide que seamos tan rigurosos en lo que planteamos. Una canita al aire de vez en cuando con la comida y con la bebida no cae mal. Pero debemos entender que todo en sus justas proporciones. Si vamos a consumir licor todos los fines de semana el asunto se complica. El alcohol es un veneno que se va cultivando en el organismo de forma tan peligrosa como la peor de las enfermedades porque genera adicción. Salir de ese infierno puede ser a veces, imposible.

Después de 16 días encerrado en un cuarto sin tener contacto visual con nadie las enseñanzas que deja ese episodio se van a lo mas simple. La brisa, el sol, el cielo, las estrellas y contemplar y abrazar a tus seres queridos. Nada es más importante que eso. Por eso debemos cultivar el amor por las cosas sencillas. Son esos detalles los que nos pueden dar la oportunidad de cambiar y enfrentar con rigor cualquier factor externo que nos afecte. Por eso digo que el coronavirus puede ser una oportunidad!