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El circo al interior del fútbol colombiano

Durante los últimos meses, la coyuntura y el debate público alrededor del fútbol profesional colombiano se ha apartado de las canchas, de la emoción por un nuevo torneo y del hambre del hincha por conseguir la gloria. Tristemente, la discusión gravita alrededor del Canal Premium, las implicaciones de este y demás reformas en potencia que han hecho revuelo en medios. La verdad debe decirse, los paquetes televisivos adicionales para disfrutar del fútbol local son de común usanza en las grandes ligas europeas. En Inglaterra por ejemplo, los usuarios deben pagar 38 libras esterlinas al mes por el paquete de “Sky Sports” el cual les da acceso a toda la liga local, las tres copas nacionales, cubrimiento periodístico integral y demás deportes. Sin embargo, más allá de resaltar lo obvio y fútilmente exponer las diferencias entre la calidad del futbol colombiano frente al inglés, creo que es necesario estudiar el ¿por qué? y ¿para qué? del Canal Premium, para descubrir la raíz de muchos problemas en nuestro balompié.

¿Por qué?

En primer lugar, debe analizarse la manera en la que se reparten las ganancias por los derechos televisivos en Colombia. En esta tierra macondiana los incentivos económicos para que los equipos sean competitivos son inexistentes, el reparto se hace casi sin discriminación por resultados y solo se hace una caprichosa distinción para los ingresos de equipos “TOP”, es decir, un equipo que carezca de este calificativo, pese a alcanzar buenos resultados en lo deportivo no verá este éxito reflejado en un mayor ingreso por concepto de derechos televisivos. La anterior situación desincentiva la inversión y por tanto la competitividad, lo cual hace que la consistencia de equipos pequeños en la puja por títulos y cupos internacionales sea insostenible, en el mejor de los casos e imposible en la mayoría. Lo que busca el Canal Premium es, mantener este culto a la mediocridad, recaudando más para intentar apaciguar a los equipos exitosos que esperarían obtener más ingresos por esta vía. Por otra parte, no deben obviarse las elevadas obligaciones contractuales a las que está sujeto el canal Win Sports por temas de publicidad, lo cual suscita la necesidad por parte de estos para hacer caja. Siendo así las cosas, vemos como el sistema Premium que manejan los ingleses y demás países europeos es incomparable al colombiano, ya que estos premian el éxito deportivo con mayores ingresos televisivos, incentivando a los equipos a subir de categoría y pelear por la entrada a competencias internacionales. Si bien se pretende, con el nuevo canal, alcanzar un mayor nivel de ingresos televisivos, el problema de los incentivos sigue sin tocarse y es por esto que los equipos no se motivan a subir de categoría e invertir, ya que el resultado de esta no tendría frutos y comprometería la sostenibilidad económica de los equipos.

¿ Para qué?

 Este segundo interrogante implica estudiar un tema más complejo, las metas financieras a las que hizo alusión  Jorge Enrique Vélez, presidente de la Dimayor, al momento de su posesión. Durante esta, el “Chairman” manifestó su compromiso con una regulación financiera que impida situaciones de incumplimiento salarial por parte de los equipos, situación que desato la furia de “ACOLFUTPRO”, sindicato de jugadores del FPC. Esta regulación financiera tiene como bandera, la propuesta de establecer topes salariales para que los equipos no asuman compromisos insostenibles. El absurdo detrás de esta situación es que la insostenibilidad se da por la falta de incentivos económicos por rendimiento deportivo. Si en Colombia, se adoptara el modelo que ha venido funcionando en Europa y recientemente en Argentina, los equipos verían un nivel de ingresos que corresponda a su rendimiento, dotando así, de viabilidad a la inversión en temas deportivos. Entonces, si la falta de incentivos dificultaba la inversión, los topes salariales la imposibilitan, condenando así, al grueso de equipos del FPC a la mediocridad y privando a miles de hinchas de sus sueños, de ver a sus equipos dar la vuelta, pelear copas internacionales y ¿ por qué no? Pasar a la historia.

Conclusión

De toda esta situación que se viene dilucidando, no queda otra opción más que aceptar que el compromiso del órgano rector del FPC, está con la hoja de cálculo, con los millonarios contratos de publicidad, con la complacencia a los equipos de la B y con directivos desdeñosos que piensan en su bolsillo y no en el hincha. La dirigencia de la Dimayor parece no querer ver un fútbol nacional competitivo, haciendo primar sus sueños de bolsillos llenos sobre los sueños del hincha. El Canal Premium carga sobre los hombros del colombiano, la sostenibilidad del negocio incoloro de la Dimayor y sus directivos, es decir, deshecha el crecimiento de nuestro fútbol y le pasa la factura al hincha, de verdad que #LoPagaraSuMadre.