Una refugiada de la etnia rohingya es auxiliada por un miembro del ejército Bangladesh.
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EFE

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Persecución étnica ha desplazado a más de medio millón de rohingya desde Birmania a Bangladesh

Cientos han muerto por la represión del ejército birmano y otros tantos más han fallecido intentando huir.

El número de rohingya procedentes de Birmania que han llegado a Bangladesh, en busca de refugio desde finales de agosto ha alcanzado ya el medio millón, anunció este jueves la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

El portavoz de la organización, Farhan Haq, explicó en una conferencia de prensa que se trata del mayor desplazamiento de refugiados visto desde hace décadas en esa región del sureste asiático.

Naciones Unidas calcula que el número total de rohingya refugiados en Bangladesh supera "ampliamente los 700.000", teniendo en cuenta a los miembros de esta etnia que ya se encontraban allí antes de la reciente crisis.

Haq dijo que las agencias humanitarias están trabajando con el Gobierno para mejorar el acceso por carretera a los campamentos de refugiados y para establecer un punto único para facilitar la entrada de ayuda.

Hasta ahora, las agencias humanitarias han recibido 36,4 millones de dólares o algo menos del 50 por ciento de los 77 millones que se solicitaron este mes.

Haq recordó que el tamaño de la emergencia ha superado de forma muy importante las proyecciones iniciales, por lo que esa cantidad está siendo revisada.

La crisis arrancó a finales de agosto con una operación militar del Ejército birmano en respuesta a un ataque contra puestos policiales perpetrado por un grupo de insurgentes rohingya.

Miembros de la etnia musulmán rohingya atraviesan un río para llegar a Bangladesh.

En medio de una oleada de violencia que la ONU ha calificado de "limpieza étnica", cientos de miles de miembros de esa minoría musulmana han huido desde el estado de Rakáin a la vecina Bangladesh.

Naciones Unidas ha pedido repetidamente a las autoridades birmanas que detengan las operaciones militares, que ya suman más de 100 muertos de esa minoría étnica.

La postura estadounidense.

Sobre la situación, la embajadora de los Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, acusó a las autoridades birmanas de llevar a cabo una "brutal campaña" de limpieza étnica contra los rohingya.

"No podemos tener miedo a llamar las acciones de las autoridades birmanas lo que parecen ser: una brutal y sostenida campaña para limpiar el país de una minoría étnica", dijo la embajadora estadounidense.

La diplomática, en una reunión del Consejo de Seguridad, dijo que Naciones Unidas debe considerar acciones contra los implicados en los abusos y que todos los países deberían suspender sus ventas de armas a Birmania mientras no tome medidas para hacer justicia.

Más de 80 organizaciones no gubernamentales habían pedido este jueves a la ONU que considerara medidas de este tipo para aumentar la presión sobre el Ejecutivo birmano.

Mujeres de la minoría lloran por los ataques del ejército birmano, que han sufrido en el último mes.

"El momento de las palabras bienintencionadas y diplomáticas en este Consejo ha pasado. Debemos considerar acciones contra las fuerzas de seguridad birmanas que están implicadas en abusos y alimentando el odio", defendió Haley.

La embajadora estadounidense criticó que el Gobierno birmano "se niegue a reconocer la gravedad de la situación", cuando cientos de miles de rohingya han tenido que huir a la vecina Bangladesh.

Haley dijo que su país condena los ataques de radicales de esa minoría musulmana contra las fuerzas de seguridad birmanas, pero insistió en que la respuesta ha sido "desproporcionada" e "indiscriminada".

"El Gobierno birmano dice que está combatiendo a terroristas. Si eso es cierto, que permitan el acceso de los medios y de los humanitarios para confirmarlo", señaló.

"Si los terroristas son el problema, que el Ejército explique cómo matar a niños y forzar a las familias a dejar sus casas va a hacer a Birmania más segura", insistió.

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