Ken Friedman, dueño del Spotted Pig de Manhattan.
Ken Friedman, dueño del Spotted Pig de Manhattan.
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Dueño de restaurante en EE.UU. deberá repartir ganancias con extrabajadoras acosadas

Por los próximos 10 años.

El dueño del restaurante Spotted Pig de Manhattan, Nueva York, Ken Friedman, accedió tras un acuerdo judicial a compartir el 20 % de las ganancias de su negocio durante los próximos diez años con 11 extrabajadoras que le acusaron de acoso sexual, represalias y discriminación.

Además, Friedman deberá pagar 240.000 dólares a las víctimas como parte del acuerdo que ha alcanzado con la fiscalía general de Nueva York, que también contempla que, en caso de vender el local, el dueño también deberá reportar un 20 % del total de la venta a sus extrabajadoras.

Las acusaciones se realizaron hace dos años y la investigación ha determinado que, desde por lo menos 2005, el restaurante ha violado las leyes del estado de Nueva York y los derechos humanos al mantener un lugar de trabajo "altamente sexualizado y hostil", donde las mujeres empleadas eran objeto de tocamientos no deseados por parte de Friedman y algunos clientes.

Cuando denunciaron los abusos, el dueño de Spotted Pig las despidió y, en algunos casos, las perjudicó para que no pudiesen acceder a otros trabajos en el sector hostelero de Nueva York.

La fiscal general de Nueva York, Letitia James, dijo sobre el acuerdo que no importa de qué rango o qué fama tenga el establecimiento o cómo de poderosos sean sus dueños, "Nueva York no tolera el acoso sexual en cualquier de sus formas en ningún lugar de trabajo".

Asimismo, James ha agradecido a las mujeres por su valentía, sus relatos y su compromiso inquebrantable para asegurar un entorno de trabajo seguro y libre de acoso.

Por su parte, Friedman emitió un comunicado en el que admitía que es consciente de que "nada reparará completamente el daño que ha causado".

Sin embargo, ha apuntado que discrepa de muchas de las acusaciones, aunque espera que el acuerdo conforte a sus antiguas empleadas afectadas por su comportamiento.

"Siento el daño causado y siento haber sido parte de un ambiente en el que las mujeres tenían miedo de hablar. Pasaré el resto de mi vida arrepintiéndome de mis acciones e intentando ser alguien que merezca el respeto y el amor de mi familia", concluyó Friedman.

La investigación también ha revelado la implicación del famoso chef Mario Batali, quien era inversor y cliente habitual de Spotted Pig y que llegó a tocar sin consentimiento a una empleada que se encontraba en estado de semiinconsciencia.

Los incidentes denunciados incluyen tocamientos a empleadas en su trasero y pechos en numerosas ocasiones, así como otros incidentes de acoso.

Actualmente, Batali se enfrenta a cargos por lo civil y por lo penal por un incidente en un bar de Boston en 2017 por tocar sin consentimiento a una mujer que le había pedido una fotografía.

Además, el año pasado la Policía de Nueva York cerró una investigación por falta de pruebas contra el cocinero por otras tres supuestas agresiones.

EFE

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