En una carretera destapada, al frente de su casa, fue atacado Emerson Torres Montero.
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Jairo Cassiani

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“En las familias siempre hay una oveja negra y en mi casa era él”

Madre de hombre baleado en Juan Mina contó que su hijo había estado en la cárcel cuatro años.

En una casa de la calle 77 con carrera 9A, en el barrio El Bosque, Josefina Montero lamentaba la muerte del mayor de sus cinco hijos. Rodeada de familiares y amigos, la mujer oriunda de Luruaco esperaba la llegada del cuerpo de Emerson Torres Montero, procedente de Medicina Legal, para hacer la velación.

Su hijo fue atacado a las 9:30 de la noche del domingo, en la puerta de la vivienda que compartía con su mujer y sus cuatro hijos, en el corregimiento de Juan Mina. Recibió cuatro disparos de dos hombres que se movilizaban en una motocicleta Sigma roja: dos en el pecho, uno en la pierna izquierda y otro en el brazo del mismo lado.

La víctima de 32 años fue trasladada, primero al Paso El Pueblito, y luego al Hospital General de Barranquilla, donde estuvo consciente el tiempo suficiente para decirles a las autoridades las posibles identidades de los atacantes, según contó la madre del fallecido. Murió por la gravedad de sus heridas en la noche del pasado lunes.

“Él estaba en San Carlos y acababa de llegar a su casa. Su hijo menor le dijo que tenía hambre y él dijo que iba para mi casa a conseguirle comida”, relató Josefina, reviviendo el momento.

La mujer contó que cuando Emerson prendió la motocicleta, sintió que otro vehículo similar llegaba. “Parece que los conocía porque él intentó saludarlos pero el parrillero sacó un arma y le disparó sin decirle nada”, señaló Josefina, ante la atenta mirada de las personas que se encontraban en la vivienda donde se iba a realizar la velación.

Los atacantes huyeron del lugar, pero más adelante del sector conocido como ‘Manga el arroyo’, tuvieron que abandonar la motocicleta porque el barro de las calles les impidió seguir y tuvieron que irse a pie.

No tenía problemas

La madre de la víctima aseguró que nunca había escuchado que tuviera amenazas o problemas con alguien, aunque reconoció que Emerson era “tremendo”. “Uno madre tiene que aceptar la realidad: era tremendo, en el sentido que se hacía matar por sus amigos. Los problemas no lo buscaban sino que él se metía a pelear por los amigos”, indicó Josefina.

Emerson Torres Montero había salido hace dos años de la cárcel. “Pagó cuatro años de condena por porte ilegal de armas. Lo regañaba y le decía que no se metiera en problemas. En las familias siempre hay una oveja negra y en mi casa era él”, aseguró la madre visiblemente afligida.

Desde que salió de la cárcel, la víctima se había dedicado a trabajar rebuscándose en su motocicleta o trabajando haciendo pavimentos en el corregimiento.