Rafael Araujo Gámez.
Rafael Araujo Gámez.
Foto
Cortesía

Share:

Rafael Araujo Gámez y su gran pasión: La narración

Un ícono de la radio caribeña.

Los primeros capítulos de la novela de su vida radial, comenzó a escribirlos Rafael Enrique Araujo Gámez desde el momento en que soñó ser narrador deportivo.                                        

De joven, este samario raizal sabía que su destino profesional lo ubicaría ante un micrófono, reseñando fútbol. Pero, como en el género novelar, una cosa es la ficción y otra la realidad, entonces Araujo Gámez hubo de prepararse para lograr lo pensado.                                                                                                     

Su historia tiene inicio a mediados de la década del 60, siglo anterior, cuando Rafa (a la manera hipocorística costeña) decide vincularse al movimiento radiofónico y lo cumple en su ciudad nativa.

El género literario de la novela faculta al personaje principal de la historia a hablar de ella y de sí mismo. Y. en cierta forma, Rafael se ajusta a esta opción. Con exactitud repasa el comienzo de su carrera radial-periodística, expone detalles de su vida personal y pasajes de su llegada a los medios.                                                                                                                     

 

 

Año 1972. Araujo Gámez llega a Cali. Se aleja del horizonte del Mar Caribe y lo recibe el Pacífico. Pero ni se crea que todo fue fácil para este costeño: tenía que derrumbar un muro de hierro construido por Joaquín Marino López, extraordinario locutor y periodista caleño y por Fernando Franco García, su similar ecuatoriano, dueños categóricos de la sintonía  deportiva en aquellos tiempos, a través de Todelar. En ese entonces, igualmente, un par de jóvenes natos de Cali, buscaban abrirse paso y darse a conocer también: Óscar Rentería Jiménez y Mario Alfonso Escobar, quienes se unieron a Araujo y conformaron un tridente deportivo que con el transcurrir se volvió imbatible hasta constituir una evidente hegemonía radial.                                                                                 

Con MAO y Óscar Rentería.

La aventura contó con la sabia conducción de Willy Vargas Gómez (qepd), recordado radiomán, de Aguadas, Caldas, Gerente de Caracol-Cali a donde había llegado, luego de exitosa labor como Gerente de Caracol-Barranquilla.                                                                               

La narración alegre, novedosa, explosiva, picante, creativa y dinámica del samario y los comentarios y opiniones verticales, contundentes y objetivos del par caleño, se adueñaron del sentir popular de manera tajante. Esa fusión calicosteña batió todos los parámetros habidos y por haber: de sintonía, de aceptación, de credibilidad, de ventas, de facturación. Todo era suyo.

Para granjearse, aún más, la simpatía de los aficionados y oyentes, Rafael Araujo incluyó en su narración muchas muletillas o frases de su cosecha que calaron el tuétano de los audientes.

 

                                                                                      

 

Con la misma fuerza emotiva Araujo narró los goles, tanto del Deportivo Cali como los del América, los del torneo nacional y los anotados en competencias internacionales.                               

 

 

Rafael Araujo Gámez es un fenómeno impredecible en Cali. Así lo señaló un intelectual de la capital valluna, para denotar la aceptación del samario quien, providencialmente, fue afortunado con las temporadas históricas de los equipos Deportivo Cali y América, que encandilaron mucho más el rótulo de Capital Deportiva de Colombia que identifica a la Sultana del Valle y que, de contera, repercutió en el éxito del narrador, quien con su pasión contagió al público, de por sí alegre, fiestero y salsero.                                                                                                                     

Durante la entrevista para Zona Cero.

Rafael Araujo Gámez es verdadero ejemplo de profesionalismo, modelo de seriedad y amor por sus compromisos. Jamás se le vió ni notó odio o envidia contra nadie ni contra nada.

 

 

Son más de cuatro décadas ocupando el primer lugar en la sintonía deportiva en Cali y el Valle, dictando cátedra de buena radio, enlazado con el oyente. Esa historia no se escribe fácilmente. Rafael Araujo Gámez lo hizo.

Adelantó su retiro de la narración radial para trasladarse a otro campo: el literario, para el que se necesita más tiempo y más espacio y donde ya ha impuesto la rúbrica en varias publicaciones de su autoría, relacionadas con la rima y la métrica (El Correr de los Días); Baila Negro, Baila, prosa sobre Watusi, un caleño, bailarín de salsa; Futbol: relatos de pasión, en revisión pre-publicación; Hombre Nuevo, edición mensual sobre motivación personal y otros, diferentes al fútbol.                                                                                                

Sus amigos intelectuales Humberto Valverde y Miguel Yusti resumieron en una frase la importancia de Araujo en su gestión: ‘’Rafael transformó el relato deportivo tradicional existente en Cali. No le copió a nadie, estampó su estilo con palabras, estribillos y frases suyos que se metieron en el alma del pueblo, con ritmo musical, donde pareciese que los jugadores son los instrumentos de ejecución de un vallenato, de una salsa’’.

Es la historia de un hijo del Caribe Colombiano cuya  idiosincrasia y esencia jamás han desaparecido, a pesar de la distancia y ausencia que lo separan de su región, pero es agradecido con la ciudad que le abrió sus puertas.                                          

Si Cali y el Valle consagraron a Rafael Araujo Gámez, Santa Marta y Barranquilla lo arrullaron en el abecé de su misión.                         

 

                                         

 

Sus amigos y colegas hablan                                                                    

Oscar Rentería, emblemático analista y crítico deportivo del Valle del Cauca, caleño genuino, conocido por su dedicación y seriedad, amigo en su sentido  literal, opina sobre su compañero de mil batallas.

 

                        

 

Mario Alfonso Escobar, perspicaz, picaresco, con estilo particular, abogado y periodista caleño, define a Araujo con términos especiales muy suyos, donde lo retrata en toda su dimensión. 

 

              

 

Marino Millán, versátil periodista caleño, quien habla de fútbol, cine, teatro y, además, es empresario radial, veterano del comentario deportivo y conoce al dedillo a Rafael Araujo Gámez, presenta su visión del amigo y colega.

 

                      

 

Rafael Araujo  en familia                                                                        

Muy joven, a los 21 años, se casó en Bogotá, en 1968, por la vía católica, con la joven barranquillera de 18 años, Beatriz Angarita Reátiga.                                                                                                          

De dicha sólida unión matrimonial nacieron: Milena Beatriz, actual gerente de una entidad financiera nacional. Doris Josefina, pintora artística, residente en Miami, USA, donde a menudo presenta exposiciones. Y Rafael Enrique, empresario artístico internacional.                                  

Siete nietos, hasta ahora, han perpetuado la felicidad de sus abuelos Angarita Araujo.

Con el Súper Combo Deportivo.

Broche de oro                                                                                                    

La novela, como género literario, tiene tres elementos esenciales: Principio, Mitad y Desenlace, referidos en capítulos.                                                                                                                  

En la vida real, Rafael Araujo Gámez asoció su itinerario a esta regla. A la larga, Rafa, la vida es una novela que hay que interpretar cabalmente, como viene señalada en el libreto divino. La tuya la escribiste con merecimientos y con título: ‘’Cómo impuse mi estilo donde no nací’’. Saludos por tu éxito y bienllegado al mundo de la literatura.                         

Rafael Araujo Gámez …. un auténtico Ícono de la radio caribeña.

En su apartamento en Santa Marta.                                                                                                   

Reconocimientos                                                                                  

*Armandito Torres Gutiérrez, Ingeniero y Editor Sonoro.                               

*Juan Guillermo Illera Guerrero y su Archivo Radiofónico y Fotográfico.                              

*Andrés Pumarejo, Editor Auxiliar.

Por: Eduardo Rey Hernández-Vega 

edwardking61@hotmail.com

 

Más sobre este tema: