Hermana Gloria Cecilia Narváez, religiosa colombiana secuestrada en África.
Hermana Gloria Cecilia Narváez, religiosa colombiana secuestrada en África.
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Varican News

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Piden oración por liberación de hermana Gloria, secuestrada hace 4 años en África

La noticia más reciente sobre su estado vino de una cooperante francesa liberada, que dijo haber estado con ella.

Este domingo 7 de febrero se cumplen cuatro años del secuestro en Malí, África, de la religiosa colombiana Gloria Cecilia Narváez, de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada.

Su comunidad está celebrando una novena especial de oración por su  liberación. "Lamentablemente, hasta ahora los esfuerzos por su liberación no han tenido éxito", indicó en una entrevista Sor Noemi Quesada, ex superiora general de la Congregación en Colombia a la Agencia Fides.

Quesada hizo un llamado por el cuarto aniversario del secuestro de la colombiana. "Pedimos urgentemente a los secuestradores que la liberen cuanto antes, porque está no goza de buena salud. La Hermana Gloria sufre mucho, como la Congregación y su familia", anotó.

Son varias las pruebas de vida que se conocen de Sor Gloria, desde su secuestro. El 1 de julio de 2017, el grupo Al Qaeda de Mali, a través de la red encriptada Telegram, publicó un video que muestra a la monja y otros cinco rehenes extranjeros, secuestrados por la red yihadista.

Despues en enero de 2018, los secuestradores difundieron otro video en Internet en el que la hermana Gloria, que parecía estar en buenas condiciones, se dirigía al Papa Francisco para pedirle que interviniera para su liberación.

En octubre de 2020, Sophie Petronin, una trabajadora humanitaria francesa liberada junto con otros rehenes occidentales sostuvo que la hermana Gloria está viva, pero necesita atención. Petronin dijo que pasó la mayor parte de su secuestro con la monja colombiana 

Un dato desgarrador es que la mamá de la hermana Gloria Cecilia,  Rosita Argoty de Narváez,  falleció en Pasto el pasado mes de septiembre de 2020, a la edad de 87 años, y hasta el último día no perdió la esperanza de poder abrazar nuevamente a su hija.

Con datos de Agencia Fides y Vatican News

 

 

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