Napoleón y Teófilo de Ávila y J.L. Mendoza.
Napoleón y Teófilo de Ávila y J.L. Mendoza.
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Archivo particular

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Napoleón Perea Castro, ícono de la radio caribeña

Carismático locutor colombiano durante su vigencia en las últimas décadas del siglo anterior.

Dale camino, Napo, fue la frase característica utilizada por el comentarista o el locutor de comerciales de turno para animar a José Napoleón Perea Castro a iniciar la narración del siguiente round o inning en las transmisiones de boxeo o béisbol de este carismático locutor colombiano durante su vigencia en las últimas décadas del siglo anterior.

Napoléon Perea, a secas, cartagenero raizal, nació 27 de mayo de 1936 en la Heroica Urbe, misma donde falleció, 25 de diciembre de 1987, a los 51 de edad.

Uno de los nueve hijos del matrimonio de Napoleón Perea Lozano y Rafaela Luisa Castro, únicamente cursó la primaria; las demás enseñanzas las adquirió en la Universidad de la Vida: era autodidacta, amante de la lectura, la que lo cultivó y cautivó culturalmente.

Fue doctorado Honoris Causa en Periodismo y Comunicación Social por varias universidades colombianas, para ejemplo de generaciones presentes y venideras.

El periodista y escritor Rodolfo Mejía Fontalvo, originario de Santo Tomás, departamento del Atlántico, establecido en Cartagena y conocedor de la idiosincrasia de la gente de la Histórica Metrópolis, opinó acerca del destacado relator deportivo:

"En lo que están plenamente de acuerdo los entendidos en el maravilloso mundo del deporte y sus amigos es que Napoleón Perea fue y ha sido el más grande narrador deportivo de boxeo y béisbol que ha tenido Colombia… Su voz era imponente, potente, genuina; la fraseología con la que transmitía, el gracejo y la forma artística como lo hacía, convertían en prosa sus comentarios… Napoleón fue durante más de dos décadas el líder de la sintonía radial en Cartagena y sus alrededores… Siempre se hizo acompañar de los mejores en su momento: Melanio Porto Ariza, Jimmy Méndez Galindo, Fabio Poveda Márquez, Mike Schmulson, Luis de Lucas, Antonio Pizza Hernández, Julio Blanch Calvo, Marco Aurelio Álvarez Camargo".

Cada uno de estos comentaristas y locutores, al finalizar su intervención, corta o larga, entregaban el micrófono al relator con la proverbial consigna: Dale camino Napo para, a renglón seguido deleitar a la audiencia con su sabiduría descriptiva en boxeo y béisbol, la cual llevaba el sello de la calidad.

Tras parroquiales transmisiones deportivas su estilo se fue imponiendo con el correr de los años, hasta constituirse en el adalid de la atención del audiente, aficionado al radio y seguidor del dial.

El buen amigo siempre hablará bien del amigo ausente. Eugenio Baena Calvo, dedicado comentarista, acompañó en sus giras y transmisiones por el mundo a Napoleón Perea Castro y emociona su relato humano sobre el consagrado relator.

 

 

De programador musical, lector de noticias y animador de programas de radioteatro en Emisoras Fuentes, Perea Castro se transformó en un narrador diferente: en su cabeza se agitaban hazañas individuales de los peloteros, los lineups, reglas de juego, estadísticas, cómo los managers encaraban los partidos y era capaz de adelantarse a la estrategia que se utilizaría en cada jugada, asevera su biógrafo natural, el escritor y estadígrafo Carlos Crismatt Mouthon
Uno de sus más grandes logros fue llevar la emoción a Colombia el 28 de octubre de 1972 cuando Antonio Cervantes (Kid Pambelé) conquistó la corona mundial de box, categoría welter junior, en Panamá, ante Alfonso “Peppermint” Frazer, campeón universal hasta esa fecha… Y en la reseña beisbolera, igualmente, fue un fuera de serie.

 

 

Napoleón viajó por el mundo, acompañando a boxeadores y beisbolistas en sus triunfos y derrotas… Era imparcial en el relato: con la misma emoción y entrega describía los triunfos y reveses de los nuestros y los contrarios.

Con Antonio Cervantes estuvo en la sima y en la cima y viceversa… Transmitió los 21 combates que por título orbital superligero realizó el nativo de Palenque, incluyendo las dos conquistas y las dos derrotas por el cetro, así como los combates de otros destacados pugilistas como Rodrigo Valdez, Luis “Chicanero” Mendoza, Mario Miranda, Emiliano Villa, Bernardo Caraballo, Mario Rossito, Antonio “Mochila” Herrera, Miguel “Happy” Lora, Jorge Eliecer Julio, Alfonso Pérez, Ricardo Cardona, así como describió emociones y tristezas beisboleras de las selecciones de Bolívar en los torneos regionales y nacionales y de Colombia en Series Mundiales, Juegos Panamericanos, Centro Americanos y del Caribe y toda suerte de eventos de la pelota chica donde ocurrieron: en Europa, Asia o en América.

Abrazado con Pambelé y rodeado por Antonio Andraus, Eugenio Baena, el dirigente venezolano Fernando Mandry Galindez y detrás del campeón mundial el periodista barranquillero Carlos Blanco de la Hoz.

 

Napoleón es poseedor de la prudencia y mesura necesarias para juzgar las jugadas y los hechos con una casi total ausencia de pasiones y de mala intención, en extraña armonía con la emoción que impartía a cada latido del momento, refirió su historiador personal Crimatt Mouthon.

Era un amigo excepcional, despojado de odios y rencores… Tendía la mano a quien lo necesitaba… Walberto Ahumedo, otro consagrado del comentario deportivo, tiene su personal opinión sobre Napoleón Perea.

 

 

En el afán de servirle al deporte, aceptó incursionar en la política, invitado a ser concejal de Cartagena, logró la curul desde la cual pudo servirle al deporte a través de la exención de impuestos a los espectáculos deportivos, mejorando los presupuestos para las ligas y escenarios y redimir a los habitantes de las zonas reprimidas de su ciudad, que le guardaron cariño durante su vida de narrador deportivo.

En su vida personal Napoleón Perea Castro contrajo matrimonio católico, siendo muy joven, con Elvira Fernández, con quien tuvo cinco hijos: Napoleón Jr., contador, ex-beisbolista profesional (fallecido), Liliam, médico (fallecida), Álvaro, odontólogo, Iván, médico y Olga Cecilia, comunicadora social periodista y productora de radio y televisión. Además, tuvo tres hijos: René Perea Anchique y Abraham y Esther Viviana Perea Castro. Su obsesión porque sus hijos fueran profesionales se le cumplió cabalmente.
 

 En plena acción con Edgar Perea

A guisa de anécdota, extraña y curiosa, cuenta su hija Olga Cecilia que el 25 de diciembre de 1987, Edgar Perea Arias (con quien no tenía vínculo familiar) tuvo un accidente; se lo hizo saber a Napo y éste le dijo: Casi que voy a tu entierro, a lo que el Campeón ripostó: Ahora yo voy al tuyo, y en la noche murió el cartagenero a los 51 años, 6 meses y 28 días de haber nacido. Ese 24 de diciembre fue Nochebuena y el 25, Noche mala para el periodismo deportivo colombiano.

Su sepelio fue una verdadera manifestación popular rendida por miles de sus coterráneos que se congraciaron con quien llevó con entusiasmo a sus hogares, durante muchos años, las hazañas de los grandes boxeadores y beisbolistas de Colombia.

Para la realización de esta semblanza se destaca la valiosa colaboración de Rodolfo Mejía Fontalvo, periodista atlanticense afincado en Cartagena.

-Olga Cecilia Perea Fernández, hija de Napoleón.

-Armando Torres Gutiérrez, ingeniero y editor sonoro.

Colofón:

Por su calidad y estilo imperecederos Napoleón Perea Castro fue, es y será un legítimo Ícono de la radio caribeña.

Dale camino, Napo

 

 

 

 

Por Eduardo Rey Hernández- Vega
edwardking61@hotmail.com

 

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