Sandra Zuluaga
Sandra Zuluaga en sus primeros meses con cáncer.
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Redes sociales.

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La historia de Sandra Zuluaga, la periodista que enfrenta un agresivo cáncer inusual

La comunicadora antioqueña se ha sometido a más de cinco tratamientos en Colombia y España, pero ninguno le ha funcionado.

Los datos apuntan a que solo una persona, o dos, entre un millón son diagnosticadas con Sarcoma Sinovial. Así lo dice la Sociedad Americana Contra el Cáncer.

De esas estadísticas hace parte Sandra Zuluaga, una joven colombiana que ahora no escatima esfuerzos en encontrar tratamientos que puedan reducir el imponente paso de esta enfermedad en su vida.

Antioqueña, comunicadora social, son algunos de los datos de la colombiana que hoy reside en Madrid, España, tras una mudanza obligatoria que le trajo la esperanza de un nuevo tratamiento que podría devolverle la sanidad completa.

El Sarcoma Sinovial es un tipo de cáncer tan complejo como se pronuncia. Suele surgir en las articulaciones grandes tales como los brazos, las piernas o hasta en los pies. Su otro nombre causa mucho más terror, Sinovioma Maligno.

“Fui diagnosticada hace cinco años. Es un tipo de cáncer de tejidos blandos. Se da generalmente en los huesos y se manifiesta con bultos o manchas muy pronunciadas en el cuerpo. Al no ser tan común, le da a una población muy bajita, más que todo a niños y jóvenes”, dijo Sandra Zuluaga a Zona Cero.

Sandra Zuluaga en Madrid, España.

La noticia que nadie espera

“Uno piensa que le va a pasar a los demás, nunca a uno”, son las palabras de Sandra que mejor pueden ilustrar este relato. 

Nadie va por la vida pensando que en unos días tendrá cáncer. Así pasaba en el transcurrir de la antioqueña, los sacrificios de su carrera ya empezaban a dar frutos. Tenía un puesto como periodista en el sector público de Medellín ganado a pulso, ejercía lo que tanto amaba.

Un pequeño bulto en su cuerpo fue lo que la alarmó. Ya había tenido ‘dolorcitos’, pero nada que no se controlara con terapias. Su ortopedista fue el encargado de darle la noticia. 

“Es un Sarcoma, un tipo de cáncer”, son las palabras que nunca olvida. Quedó fría. Por su mente solo pasaban aquellos recuerdos del cáncer de mama que le quitó la vida a su madre cuando tenía 16 años.

Sandra Zuluaga en una de sus consultas médicas.

Fue difícil de asimilar, no podía dejar de llorar. Sobre todo cuando su proceso entró en vigor. Curiosamente las quimioterapias no tomaron el efecto esperado. Nada estaba funcionando. Fue allí en donde una cirugía de urgencia la dejó sin el pulgar de su mano derecha.

Solución a medias 

Su destino no le dio pie a la tranquilidad. Los “peores tiempos” todavía estaban por venir. Cuando todo parecía mejorar fue golpeada por la famosa pandemia del Covid-19, un contagio que iba distrayendo su atención mientras otro bulto, esta vez en uno de sus pulmones, iba creciendo como señal de que el cáncer se negaba a dejarla.

La frustración era evidente, aunque intentaba poner buena cara con eso de tener una enfermedad que era casi imposible de tratar en su territorio.

“Siempre he sido muy optimista. He intentado fortalecerme en lo emocional y espiritual. Aunque no funcionaba nada en Colombia, mi estado físico permanecía bastante controlado. Suelo apoyarme en la medicina alternativa o ancestral. Mantener la mente en orden es la clave para procesos como estos”, afirmó.

Quedándose sin trabajo, el plan migrar se puso en marcha. Su cura solo estaba en EE. UU., y Europa. “No hay muchos avances en la medicina colombiana para tratarla, ni en Latinoamérica, solo en Estados Unidos”, aclaró.

Por ello, empezó a generar eco en redes sociales. Se quitó el miedo a darse a conocer, a mostrar su estado. El mundo empezó a conocer cuál era el tratamiento que Sandra Zuluaga necesitaba para vivir. La antioqueña lideró una campaña que recogía fondos con el fin de lograr su traslado a España y logró. Empezó de cero con la esperanza de encontrar la sanidad que tanto esperaba.

Volvieron las pesadillas 

La vida le sonrió parcialmente. La medicina española la recibió con los brazos abiertos. Ciertamente la ciudad de Madrid era muy diferente a su natal Medellín, sin contar que estaba lejos de su familia, pero por lo menos los tratamientos estaban haciendo efecto.

Llegó a sentirse plena, cerca de su objetivo. Hasta que las pesadillas volvieron a tocar su puerta. En un abrir y cerrar de ojos estaba de urgencias en una clínica con la triste noticia de que su tratamiento había dejado de funcionar. Un golpe duro que la devolvió al principio.

“Es una enfermedad muy rara, los tratamientos te sirven un tiempo y después dejan de funcionar. Ya los médicos me dijeron que no hay muchas opciones para mí”, sentenció fríamente. 

Sus opciones, por lo menos en Europa, se limitan a una última oportunidad de tratamiento que solo es posible si su cuerpo sale compatible con los exámenes necesarios. Panorama completamente triste y hostil, mas Sandra no ha bajado los brazos.

“Decidí iniciar una campaña en redes sociales para llegar a Estados Unidos. Allá todo es más avanzado. No tengo visa, ni nada que me permita llegar. Sé que es muy complicado a nivel legal, sin embargo lo que quiero es encontrar la posibilidad de hacerme mi tratamiento”, destacó Zuluaga que se ha mantenido en España gracias al aporte de una persona.

“Tengo una familia en Colombia, dos sobrinitas que amo y que son mi motor. Mi papá y mis hermanos también están allá, siempre han estado conmigo, confían mucho en mí y se encuentran muy tranquilos”, agregó la antioqueña que vive con una tía, quien ha estado desde el comienzo cuidando de ella. 

Sandra Zuluaga en pleno tratamiento del cáncer.

¿Qué se siente padecer cáncer? 

Sandra Zuluaga sabe que tiene cáncer. No lo niega, tampoco le afecta, aunque se lo recuerden en cada atención médica. La clave de su tranquilidad ha sido evitar el miedo a la muerte.

“Nunca le he tenido miedo a la muerte, me he aferrado a la vida. Hay que luchar por las razones que son. Esas ganas de seguir y cumplir mis sueños son las que me mantienen luchando”, reveló.

“Me ha tocado pasar por procesos médicos en los que sin dudas me lo están recordando (tener cáncer). Soy consciente de la enfermedad, pero nunca he vivido mi vida como si la tuviera. Uno da por hecho de que va a vivir toda la vida, pero la felicidad se la construye uno. Nadie, con cáncer o sin cáncer, puede dar por hecho que tiene la vida”, añadió.

El cansancio incrementa, su cuerpo soporta cada vez menos. No obstante, agota todos los recursos. 

“Me cuesta respirar, ya es parte del desgaste, pero la enfermedad ha sido una maestra en mi vida. Me ha enseñado a vivir mejor y darme cuenta de capacidades que jamás pensé que tenía.Los momentos más felices de mi vida los he vivido teniendo cáncer”, finalizó.

Sandra Zuluaga nunca sin ganas de soñar con lo que todavía la mantiene viva. Estados Unidos puede ser su carta final, por ello quiere asegurarse de gastarla.

Sandra Zuluaga en sus primeros meses con cáncer.

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