Maryori Franco y Jair Lara.
Maryori Franco y Jair Lara.
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Historia de un matrimonio joven: presunta violación, golpiza, esposa en la clínica y denuncia de amenazas 

En el corregimiento de Angostura, municipio San Zenón, en el departamento del Magdalena.

El pasado 26 de diciembre, en el corregimiento de Angostura, municipio San Zenón, Jair Lara, de 24 años, y Maryori Franco, de 22 años, se juraron amor eterno. La boda, a pesar de no contar con la familia de la novia, significaba uno de los días más felices para ambos. Sin embargo, cerca de seis meses después, la historia de amor tuvo un giro inesperado y hoy la novia está en una clínica, mientras que el novio debe enfrentar graves acusaciones.

La semana pasada, varias páginas informativas de Facebook del Magdalena publicaron una información sobre la historia de una pareja que se conoció vía internet, y que a pesar de la negación de la familia de la novia, la relación siguió y llegó hasta el matrimonio.

A través de esos portarles, los familiares de Maryori, oriunda de Cúcuta, denunciaban a Jair, aseverando que el joven la había golpeado salvajemente y también supuestamente habría abusado de ella.

Información que rechazó tajantemente Saday Lara, hermana de Jair, quien relató cómo nació la relación y todos los hechos que la rodean, y la difícil situación que atraviesan en estos momentos por las múltiples amenazas recibidas.

“Ellos se conocieron por internet, entablaron una amistad eran amigos; luego se enamoraron y se hicieron novios…Después decidieron conocerse personalmente para presentarse a sus familiares”, comentó Saday.

Indicó que su hermano viajó a la ciudad de Cúcuta para conocer a la familia de su novia. “En este viaje a mi hermano le fue muy mal, la familia de mi cuñada no gustó de él, lo veían como un simple ‘pelao’, un muchacho sin fundamentos, tienen un mal concepto de los costeños y por esa razón no les gustó mi hermano…Claro hay fotos en las cuales quedaron registrados algunos momentos que mi hermano compartió con la familia de mi cuñada”.

Saday relató que a pesar de ese panorama, su cuñada no renunció a la relación y decidió viajar a Angustura ante la negación de su familia. “Cuando decidió venirse, su familia se opuso, le quitaron hasta sus pertenencias, pero como era es mayor de edad, buscó a la Policía y de esa manera se les regresaron. Se vino y ella, como mi hermano, trabajaron para casarse”.

La pareja decidió casarse primero en Santa Marta por lo civil y el 26 de diciembre del 2019 lo hicieron por la iglesia en el corregimiento de Angostura. “La mamá de mi cuñada le mandó los papeles para que ella se casara, pero ellos no asistieron a la ceremonia”.

Jair y Maryori se vinieron a Santa Marta a trabajar, sin embargo, cuando comenzó la pandemia, tuvieron que regresarse a Angostura. “Estábamos encerrados y por eso nos fuimos todos para la casa de mis padres en el pueblo. En su matrimonio nunca notamos nada extraño, una muchacha que atendía a su esposo, le hacía sus comidas y también cocinaba de acuerdo a sus costumbres”.

Hasta esos momentos la relación del magdalenense y la santandereana transcurría normal, no obstante, comenzaron a aparecer los primeros indicios que terminarían oscureciendo el amor.

“La empezamos a notar ansiosa, una serie de comportamientos extraños. Comenzó a decir que veía cosas, que la estaban persiguiendo, que la atacaban; no sabíamos que le estaba pasando. Lloraba mucho, nos pedía perdón, nosotros no sabíamos el porqué, le preguntábamos ¿qué te está pasando, por qué nos pides perdón sino ha pasado nada? comenzó con esta serie de comportamientos raros, entre ellos que le pegaba un olor a tabaco y en la casa somos cristianos, ninguno fuma”, explicó la mujer en su versión.

Jair Lara y Maryori Franco.

La ‘crisis’

Saday dice que luego de ese comportamiento aparentemente extraño que presentaba su cuñada, entró en crisis. “Hacía muchos movimientos extraños con la boca, sonidos, no sabíamos qué estaba aconteciendo con ella, la comunidad se enteró, sabía y estaba alerta…De un momento a otro empezó a botar sangre, no sabíamos de dónde provenía la sangre y entró en una crisis tan dramática, tensa para la familia. Cuando ella logró calmarse, la cara le quedó hinchada, estábamos asombrados de los que había sucedido. Miramos su rostro hinchado y nos dimos cuenta que se mordió por dentro y la sangre provenía de las mejillas, es algo inexplicable, no sabemos cómo lo hizo y cómo aguantó tanto dolor”.

Manifestó que después de esa situación llevaron a Maryori al hospital de San Zenón, “donde fue valorada y el médico le mandó los medicamentos para las laceraciones internas por la boca, hinchazón y moretones por fuera. El médico cuando le hizo las preguntas, ella no respondía bien, no coordinaba las palabras y por eso le puso una cita para psiquiatría, pero está tenía una fecha muy lejana y la dieron de alta. Esa noche estuvo en la casa, no dormía, no comía, estaba desorientada, la mirada perdida, nosotros estamos muy desesperados”, dice la mujer.

Cuenta la hermana de Jair, que el día siguiente la llevaron al hospital San Juan de Dios de Mompox. “Allá la hospitalizaron, no se dejaban tocar de los médicos, entró en crisis y tuvieron que sedarla. Le hicieron unos exámenes, en la cabeza y no le salió nada y la trasladaron al Instituto Neuropsiquiatrico Nuestra Señora del Carmen (Insecar) de Santa Marta para que la valorada por un especialista y determinara qué le está pasando, que trastorno presenta”, dijo Saday, quien añadió que todo el trámite médico fue reportado a sus familiares.

“Ellos siempre tuvieron conocimientos de lo que ocurría con Maryori, tengo los chat, así que no pueden decir que no se les avisó y en cuanto a su reclusión en esa clínica no fue inventada por nosotros, fueron los mismos médicos que dijeron que debía ser valorada por un psiquiatra”.    

Aseveró Saday que los familiares al llegar a Santa Marta comenzaron a armar una campaña de calumnia contra su hermano. “Dicen que ese trastorno mental fue por los golpes, que mi hermano la golpeó, que la llevó a ese estado…Totalmente falso todo eso que dice esa familia y lo que han publicado algunas páginas, al igual, que la denuncia que hizo una de sus hermanas, acusando a mi hermano de abuso sexual, acceso carnal violento agravado en concurso por persona; un delito tan grave, en qué se basa para que diga que el esposo violó a su esposa y luego lo otras personas, de dónde saca eso, una cosa absurda, basadas en meras suposiciones que no tienen ningún fundamento”.

Saday aseguró que su cuñada fue sacada por sus familiares de la clínica Insecar y trasladada a la Bahía, “allí al ingresar, le preguntaron que si tenía antecedentes de familiares con trastornos y ella dijo que tenía una tía con trastorno afectivo bipolar”.

Comunidad rechazó los señalamientos a Jair Lara.

Amenazas

La hermana de Jair expresó que a raíz de las denuncias realizadas por los familiares de Maryori y las publicaciones en algunas páginas de Facebook han recibido una serie de amenazas en sus redes.

“Mensajes hirientes, difamadores, nos han cogido los perfiles y los han llenado de cuanta vulgaridad…A mi hermano le dicen que lo van a matar, que le van a hacer lo que supuestamente le hizo a su esposa, a nosotros que somos sus hermanas también nos dicen que nos van a violar, esta situación ha cambiado nuestras vidas y tenemos miedo ante tantos señalamientos por algo que es falso. Hasta los habitantes de nuestro corregimiento, quienes saben la realidad de los hechos, realizaron una marcha en apoyo a mi nosotros”.

Saday dijo que solo esperan que Maryori se mejore y diga lo que verdaderamente ocurrió, para recobrar la tranquilidad de su familia.

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