La persecución al interior de las filas siguió incluso mediante el envío de esquelas mortuorias a militares, sus familias, y más recientemente a los periodistas de Semana que hicieron la investigación.
Entre los generales figura el nuevo comandante del Ejército, Nicacio de Jesús Martínez Espinel, cuyos subordinados están investigados por 23 "falsos positivos".