David Murillo ingresó en el segundo tiempo por molestia muscular de Gabriel Fuentes.
David Murillo ingresó en el segundo tiempo por molestia muscular de Gabriel Fuentes.
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Jairo Cassiani

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¡No, Junior, así no..!: análisis de la derrota 3-1 ante Deportes Tolima en el Metro

La sobradez, como lo fue Junior ante los Pijaos, la cobró Tolima por ventanilla.

Uno de los puntos que la Asociación Futbolistas Profesionales de Colombia -Asofutpro- incluye en su pensum de requerimientos a Dimayor y Fedefútbol, es que no se comprima tanto con el calendario de competencia en el que se juega dos veces por semana y otras hasta tres y cuatro cuando se compite en Copa Libertadores y Copa América; los jugadores piden jugar domingo a domingo para recuperar fuerzas perdidas en cada compromiso. Es posible que en algo tengan razón; pero en el caso del equipo nuestro, el Junior, nos parece que ocho días de descanso les resulta más perjudicial. Si nos atenemos a la muestra vergonzosa de este domingo ante el Deportes Tolima, no otra sería la conclusión que podrimos sacar.

Una semana completa y para algunos jugadores algo más teniendo en cuenta que en la fase clasificatoria hubo elementos titulares que no actuaron, resultó más que vergonzoso, triste y melancólico ante la hinchada que acudió al Roberto Meléndez para verlos triunfar y terminaron lamentando el haber ido al estadio.

¡Qué manera de deshonrar a la afición! No podría asegurar que este haya sido el peor de los partidos del equipo en este año o en mucho tiempo. Pero no recuerdo otro tan lánguido y entregado como frente al Tolima. No lo estamos calificando por que se haya perdido, sino por la manera como se perdió. Junior fue un plantel sin espíritu, sin aliento ni ganas de jugar. Fue un remedo paquidérmico, dormido y quizás prepotente creyendo que con el solo nombre, con la consideración de favorito y ostentando el título de bicampeón, tenía todo ganado. 

No acostumbro a calificar cuantitativamente prefiriendo hacerlo cualitativamente. Esta vez ni lo uno ni lo otro lo merece. Pero es tanta la indignación en la afición que no podría pasar por alto la desilusión que dejó este triste domingo. Comenzando por los considerados estelares o referentes del equipo: Sebastián Viera, horrorosa medida de distancia en el primer gol; demasiado fuera de su área y pésima medida en el retroceso que bien pudo evitar la caída de su portería. ¿y dónde estaban los centrales Ditta y Mera? No valió tampoco el esfuerzo de Fuentes a quien volvieron ropa de trabajo por su punta de marca. Creo que Fuentes pagó tributo a su mal estado físico que lo llevó al retiro en la complementaria.

Y ¿dónde quedó el mediocampo al que le sigue faltando un organizador? Cuando entenderá el técnico Comesaña que Hernández no debe ser el inicialista en los 90 minutos de juego? Como tampoco es el creador del medio Cantillo-quizás es de peor calificación- y culpable de las dos últimas anotaciones tolimenses. Estoy convencido que este fue su peor encuentro. Dormido totalmente, sin medida en los pases y demasiado parsimonioso; ya lo conocen bien y saben que Cantillo en cada pelota que llega a sus pies, “camina lerdo, como perdonando el tiempo” y pretende siempre darse el lujo de esperar a su rival parea driblearlo antes de colocar el pase. Conocido ya, es solo anticiparlo o pegársele para dejarlo fuera de balance. Narváez y Piedrahita ubicados en zona de confort no arriesgan y prefieren la más fácil y cómoda devolviendo hacia atrás a la defensa, no gastan esfuerzos ni acortan campo al rival.

Nos quedan Moreno, Cetré y Teófilo. Los dos primeros, tal vez los que más desgaste tuvieron intentando llegar por los costados, pero sin claridad ni disposición para rematar por abusar en lo individual. También lejos de la dimensión de otras tardes. Y, de Teófilo lo que ya parece costumbre: desde que entra a la cancha cree ser la figura sin haber tocado el balón. Lejos de sus compañeros del medio o distanciado de los “delanteros” es también fácil presa para marcarle. Dice el refrán que “la mujer del César, no solo debe serlo, sino parecerlo”. En Teófilo no es solo creer que es el gran referente o la estrella del equipo, debe demostrarlo, algo que muchas veces le queda pendiente. De Johandry no daría calificación; los quince minutos no es suficiente para medir con claridad meridiana su actuación, especialmente viniendo de una ignorancia casi total por parte del cuerpo técnico.

Y, como a todos hay que calificarlo, non podemos dejar por fuera al técnico Julio Comesaña. También paquidérmico en los cambios. A Hernández debió sustituirlo arrancando el segundo tiempo. Al mismo Narváez y hasta a Teófilo. Una solución había que intentar después de estar en desventaja 2-1. ¿Y para que se trajeron refuerzos como Hinestroza y Cariaco González? Y no estaba allí Sandoval?

Fue una entrega total frente al Tolima.Toca ahora remar contra la corriente que bastante fuerte que está. Nacional, Tolima en su casa y hasta el Cúcuta seguramente se animarán mucho más sabiendo que al Junior se le gana con temperamento, con decisión y sin el temor de que por ser el bicampeón todo lo tiene de su parte.

No podemos adivinar el futuro inmediato. Pero con esta derrota y especialmente por la manera como se perdió, en lo particular, creo que la ilusión de llegar al Tri comenzó a esfumarse. Porque en estos torneos cortos, perder en casa es entregar muchísimas de las posibilidades. 

Los que se ensalzan serán humillados-dice la Biblia- La sobradez, como lo fue Junior ante los Pijaos, la cobró Tolima por ventanilla.    

 

 

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