Federico Pereyra y Raúl Osorio de Coquimbo celebran un gol
Federico Pereyra y Raúl Osorio de Coquimbo celebran un gol
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EFE

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Las piernas no le aguantaron a Junior y Coquimbo se llevó el triunfo 2-1

El duelo de vuelta será el próximo miércoles, en Chile.

Junior no tuvo piernas para defender la ventaja que le había dado un penal de Miguel Ángel Borja y terminó cayendo 2-1 ante Coquimbo Unido la noche de este miércoles en el estadio Metropolitano por el juego de ida de los cuartos de final de la Copa Sudamericana, afectado por el brote de Covid-19 y la gran cantidad de juegos disputados en pocas semanas.

Junior saltó a la cancha disminuido, pero no acabado. En sí, la nómina de jugadores que presentó parecía ser lo suficientemente competitiva, para al menos, salir vivo del duelo de casa. Una defensa en su mayoría titular y un ataque con la capacidad para noquear de un solo golpe. 

Y así fue, Junior salió a competir desde el primer instante, además en un primer tiempo que no le significó mayores sufrimientos. Los centrales Dany Rosero y Germán Mera asumieron el reto de dar solidez y confianza desde atrás y con la dupla ofensiva de Miguel Ángel Borja y Michael Rangel. 

En la mitad, Fabián Ángel -el niño que tuvo que crecer en 15 días- y James Sánchez trataban de dar quite y criterio con la bola para explotar la velocidad por las bandas de Edwuin Cetré y Freddy Hinestroza. Es que con solo tres jugadores de cancha en el banco, cada esfuerzo tenía que ser medido al máximo. 

A los 13 minutos, los chilenos tuvieron su primera escaramuza en el partido, con un centro desde la derecha que no logró capitalizar Diego Vallejos, que llegó entrando desde atrás para meter el botín y pasarla por encima del travesaño. 

La jugada más determinante de la primera mitad llegó a los 18 minutos, cuando Cetré mandó un pase en puñalada para Borja, que con toda su potencia embistió el arco de Matías Cano, el portero fue a dividir el balón y terminó en una jugada de penal que el central venezolano Jesús Valenzuela no dudó pitar como pena máxima. 

Tras el choque, Cano quedó más de siete minutos tirado en el piso siendo atendido por el golpe. Momento que aprovechó el VAR para analizar la jugada y dejar claro el penal tras revisar la falta y un fuera de lugar que no existió. 

Frente al balón se paró el mismo Borja, que sin temor alguno, mandó la pelota al poste de la izquierda de un engañado arquero que se fue al otro lado. Un zapatazo violento que siguió consolidando a Borja como el impresionante goleador que hace mucho tiempo buscaba el equipo. 

Junior, con la ventaja, comenzó a manejar la bola y se hizo dominador en el toque corto o el juego largo. Casi sin sufrir, los rojiblancos se fueron al camerino con la buena noticia del 1-0. A falta de Luis Amaranto Perea, Luis Grau tenía que usar toda su experiencia para guiar a buen puerto el resultado parcial. 

Empezando la segunda mitad, los de casa por poco dejaron sentenciado el partido, cuando Cetré ante una gran asistencia de Rangel, entró a definir y estrelló la pelota en el rostro del arquero Cano, que así terminó evitando el segundo gol de la noche. 

Pero los minutos fueron pasando y la chispa del equipo se fue apagando y con poco la visita los fue metiendo contra su arco. El desgano comenzó a hacerse notar en errores que terminaron siendo un gol contra los barranquilleros. 

A los 74 minutos, luego de tres malos rechazos seguidos, Joe Abrigo tomó la pelota de media distancia y sacó un zapatazo que se desvió en las piernas de Rosero y tomó un efecto extraño que se metió por encima de la cabeza de Sebastián Viera, que poco pudo hacer para evitar el empate con el que fue el único tiro directo al arco en toda la noche hasta ese momento. 

Grau mandó a la cancha a Daniel Moreno y Luis Sandoval para refrescar a los desgastados Borja e Hinestroza. No había mucho más por hacer, lo que había en la cancha tenía que tomar la iniciativa y responder. 

La reacción que llegó fue de la visita, que en el minuto 89 sacó rédito a la pasividad de la defensa barranquillera y Lautaro Martínez le ganó el mano a mano a David Murillo para encarar a Viera y fusilar para el 2-1, con tan solo dos tiros directos al arco. 

Junior terminó sin piernas y no pudo aguantar el resultado.

Ahora, a la espera del milagro divino de una rápida recuperación para la mayoría de sus jugadores contagiados de cara al domingo cuando se mida al América de Cali. Y en una semana, en el juego de vuelta en Chile, donde deberá buscar la heroica clasificación. 

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