Carlos Bacca, capitán del Junior y máximo artillero de la Liga con 16 goles.
Carlos Bacca, capitán del Junior y máximo artillero de la Liga con 16 goles.
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Cristian Mercado

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Junior, de estar al borde de la eliminación a ser finalista de la Liga

El cambio de mando de Arturo Reyes por Hernán Darío Gómez fue decisivo para enderezar el camino del equipo tiburón.

En agosto, la mayoría de aficionados del Junior recibió con agrado la salida de la dirección técnica del equipo de Hernán Darío Gómez, pero rechazó la designación de Arturo Reyes como su reemplazo.

Cinco meses antes, después de una derrota en casa ante Envigado, Reyes había salido protegido por escudos policiales e insultado por los hinchas rojiblancos. Su continuidad era insostenible y al día siguiente de ese partido el club anunció la salida del entrenador samario, que se fue dejando al Junior en el último lugar.

A ‘Bolillo’ la afición no le perdonaba que hubiera decidido sacar del equipo a un ídolo como Sebastián Viera; lo culpaba de la partida de Juan Fernando Quintero y que hubiera querido retirar a Carlos Bacca, en complicidad con el médico Luis Javier Fernández.

Reyes recibió al Junior con un panorama desolador, en el puesto 17 con apenas tres puntos y sin ninguna victoria en cinco partidos.

Sus primeras declaraciones iban en contravía con lo que pensaba gran parte de la hinchada. Afirmó que Junior tenía una nómina amplia y con buenos jugadores en todas sus líneas. En síntesis, que era un equipo bien conformado.

Dos goleadas consecutivas al Unión Magdalena (7-1) y a Alianza Petrolera (5-1), pero, sobre todo, el despegue de José Enamorado y Déiber Caicedo, empezaron a cambiar el ambiente alrededor del equipo, pero este cayó en un nuevo bache de cuatro partidos que pusieron otra vez en duda su clasificación a los cuadrangulares: empate en casa con Nacional (1-1), derrotas seguidas ante Boyacá Chicó (2-1) y Tolima (1-0) y otro lánguido empate sin goles ante Jaguares.

Arturo Reyes y su asistente técnico Luis Melo.

El siguiente juego, ante el Deportivo Cali, Junior lo ganó 3-1 con doblete de Carlos Bacca, pero la derrota 1-0 ante Millonarios alejó nuevamente a los rojiblancos de la posibilidad de estar entre los ocho, a tres fechas del final de la fase todos contra todos.

Pero, después de ese partido, Reyes, en rueda de prensa, lanzó unas palabras proféticas: “Si ganamos los nueve puntos, con 30 y la diferencia de goles que tenemos, vamos a clasificar”, sentenció.

Dicho y hecho. Junior hizo 9 de 9, con Bacca marcando un gol importantísimo para abrir el marcador y ganarle como visitante al Pereira. En la última fecha, de local contra el Huila, bastaba el empate para meterse en los cuadrangulares, pero ganó 2-0 y terminó clasificando en sexto lugar.

En los cuadrangulares casi nadie daba un peso por Reyes y sus dirigidos, más aún tras la derrota 3-1 en la primera fecha, ante Tolima, en Ibagué.

Pero de ahí en adelante apareció la mejor versión de Bacca desde su regreso y la del portero uruguayo Santiago Mele. El atacante porteño, con siete goles en cinco partidos, y el cancerbero uruguayo, con sus atajadas, sumados a la regularidad de Didier Moreno, Gabriel Fuentes y la picardía y atrevimiento de Enamorado y Déiber Caicedo contribuyeron grandemente a la clasificación de Junior a su duodécima final de torneos cortos.

Esta última la selló Caicedo con un antológico gol de tiro libre ante el Tolima, el mismo que hasta hace dos fechas casi nadie ponía en duda que pasaría a la final y era el máximo candidato para coronarse campeón.

Contra Tolima, Bacca llegó a 101 goles con Junior y 16 en la Liga, que lo ponen cerca de su tercer Botín de Oro en el fútbol colombiano y ahora espera ayudar a bordar la décima estrella en el escudo del conjunto tiburón.

Nada es imposible para el Junior de Arturo Reyes, lo ha demostrado hasta la saciedad y confía en seguir haciéndolo en la final contra el Medellín, otra serie en la que tampoco partirá como favorito.

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