Lucas Paquetá, de penalti en tiempo de reposición, le dio el empate 3-3 a Brasil ante España.
Lucas Paquetá, de penalti en tiempo de reposición, le dio el empate 3-3 a Brasil ante España.
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EFE

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España y Brasil firmaron un vibrante empate en el Santiago Bernabéu

El juego, donde brillaron Lamine Yamal y Endrick, terminó 3-3.

Lamine Yamal y Endrick, con 16 y 17 años, se adueñaron de un duelo de altos vuelos en el estadio Santiago Bernabéu, ajenos con sus exhibiciones a la importancia de un España-Brasil, que tuvo en su mano la Roja con dos penaltis dudosos y dejó escapar con uno absurdo, con el tiempo ya superado, que sirvió a Lucas Paquetá para sellar el empate 3-3.

Tras un arranque intimidatorio de España, mordiendo arriba, anulando las virtudes con las que Brasil despertó de su mal momento en Wembley, el once más ofensivo de  Luis De la Fuente golpeó pronto. Se inventó un penalti entre amagues Yamal, que en caso de haber VAR podría haber sido anulado, que se convirtió en un gol especial para Rodri. Morata le cedió el brazalete primero y el lanzamiento del penal después. Tras perder a su abuelo hace horas, se derrumbó con el gol.

A Brasil le costó reaccionar. Tanto como a Vinicius enfrentarse a su compañero de equipo Dani Carvajal. Dos faltas iniciales para marcar territorio. Sin que su selección buscase a su nuevo referente. Impreciso en sus carreras con balón. Alejado de su habitual brillantez horas después de derrumbarse en su denuncia al racismo.

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Contagiado del recital de regates de Yamal, a Olmo se le ocurrió lanzar un caño dentro del área Bruno Guimaraes, sacar de la chistera un recorte forzado y una definición perfecta. Era el segundo de España para acariciar un triunfo de prestigio pero el viento cambió desde uno de esos errores evitables.

Un vicio del pasado que ya costó goles en el inicio de jugada desde el portero. Unai Simón recibió de Rodri y quiso jugar de primeras. Como si de un central se tratase. El pase fue a un rival y Rodrygo lo agradeció con una picadita al portero que acabó en la red. Era la resurrección de Brasil.

Bento, en su segundo encuentro por las bajas de Allison y Ederson, sacó con firmeza un potente disparo de Rodri para mantener a su selección en el partido e impulsar los momentos de superioridad en el arranque del segundo acto. Gracias a la entrada en escena de Endrick, otro futbolista imberbe que no pudo dejar mejor carta de presentación en su futura casa.

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En su primer balón Endrick habilitó a Vinicius, errático en la definición y Lucas Paquetá perdonó el rechace. El aviso precedió al empate. La segunda aparición de Endrick fue letal, enganchó un zurdazo tras un saque de esquina que premió el paso al frente de Brasil, los momentos de duda españoles. Su primer tanto en Wembley, el segundo en el Bernabéu. Dos templos en los que nace lo que puede ser una leyenda.

España volvió a sentir el triunfo tras el paradón de Bento al disparo ajustado de Dani Olmo, con otro penalti discutible. La genialidad en el pase exterior de Yamal al desmarque al espacio de Carvajal, que chocó en su carrera con Beraldo. Rodri volvía a marcar.

Era el minuto 87, jugando en el Bernabéu. A España le faltó experiencia y picardía para matar el partido. El último impulso brasileño hizo volver a temblar los cimientos de un equipo inestable. Unai Simón salvaba con el pecho un mano a mano ante Lucas Paquetá y cuando el tiempo añadido se superaba, Carvajal derribó a Galeno en el penalti más claro de la noche que servía a Paquetá para firmar el empate de la frustración para España.

EFE

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