Hinchas en el Metropolitano durante el partido de la Selección Colombia contra Argentina.
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Hansel Vásquez

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'Bienvenido al tercer mundo, señor Rincón': respuesta a la nota de Soho

'Publicaciones Semana lo tomó como idiota útil y lo hace abanderarse de unas opiniones para generar polémica y por ende, ventas'.

Gabriel Jessurum

 

Hace mucho tiempo que no leo la revista Soho, precisamente desde que en una de sus publicaciones presentaron el ya trillado tema de los odios regionales. Además, me di cuenta que realmente no es un medio de comunicación, sino una revista adorno llena de mujeres desnudas y una línea editorial que considera la irreverencia y la vulgaridad como símbolo de desarrollo y de libre expresión.

Anoche un amigo me envió el mensaje de su columna y pensé: otra vez estos señores queriendo ganar lectores a costa nuestra, con temas tan repetidos como sus novelas y demás programas de televisión. Quiero informarle señor Rincón que a usted, como a tantas otras personas, Publicaciones Semana lo tomó como idiota útil y lo hace abanderarse de unas opiniones para generar polémica y por ende, ventas.

Decido responderle señor Rincón porque cuando alguien se mete con mi país me siento ofendido, si lo hace con la Región Caribe me molesto, pero si atacan a Barranquilla entro en cólera.

Decido responderle señor Rincón porque yo, a diferencia suya, he estado en los mejores estadios del mundo y tengo toda la propiedad para hablar de lo que es, o no, un escenario o un evento deportivo adecuado.

Comencemos por explicarle señor Rincón, que los problemas de infraestructura, educación e institucionalidad no son solo de las ciudades sino de los países de los que ellas hacen parte. Por lo tanto déjeme explicarle, entre otras cosas, que tanto usted como yo somos del mismo tercer mundo. Si no me cree, siga leyendo que se lo demuestro:

Es cierto que nuestro aeropuerto no tiene la capacidad, ni la infraestructura que todos quisiéramos o merecemos, pero, imagínese señor Rincón ¿qué queda para la cuarta ciudad de Colombia si el aeropuerto de la capital después de casi 60 años de uso fue apenas remodelado en los últimos años?.

De hecho está tan tecnificado que es de los pocos, hablando de las grandes capitales mundiales, por supuesto, que tiene a los señores que gentilmente te ayudan a cargar las maletas a cambio de una propina. De hecho, señor Rincón, la infraestructura de El Dorado es tan avanzada que el tren y metro de Bogotá llegan directamente a las entradas de las aerolíneas.

¿Lo bailaron como Joselito? Querrá decir que lo lloraron como Joselito, porque en honor a José Nicolás Ariza -'carro'e mulero' barranquillero de quien todos pensaban que estaba muerto un martes de carnaval- nuestra reina sale por la calle 84 vestida de viuda y llorando a este personaje, no bailándolo. Las marimondas señor Rincón, no sudan, solo se burlan, ridiculizan e incomodan a la que consideran ‘alta sociedad’.

Le ruego señor Rincón que, por su propio bien, no caiga en ese vergonzoso acto de la gente del interior que quiere parafrasear e imitar costeños sin conocer términos y con un acento que tiene más matices de retardo mental, que de caribe.

Es cierto que los taxistas de Barranquilla cobran el doble cuando es día de partido ¿Y hay algún taxista del mundo que no lo haga? En todas partes del planeta cuando un taxista siente el acento foráneo inmediatamente se le olvidan todas las direcciones, claro está, que no los estoy justificando. En el peor de los casos prefiero eso a taxistas que crean “bloques de búsqueda” contra los usuarios de Uber para agredirlos física y verbalmente.

Respecto a los arroyos usted tiene toda la razón señor Rincón, porque si llueve hacen imposible la movilidad convirtiéndose en uno de los grandes problemas de Barranquilla. Pero, por favor, no se compare con Moisés que usted del gran profeta no tiene nada.

Déjeme explicarle un tema señor Rincón. En el argot del turismo se utiliza el término 'Temporada Alta' en las fechas en que los viajeros son más frecuentes, esos días todos los tiquetes suben, los hospedajes también y hasta el precio de la moneda extranjera.

Eso no es exclusivo de Barranquilla y, si no me cree, solo por curiosidad averigüe el precio de la hotelería en cualquier evento deportivo del mundo o compare el precio de una noche de hotel en la capital, donde usted vive, en septiembre y luego hágalo en diciembre. Me cuenta el resultado.

Si hablamos de inseguridad, no creo que la de Barranquilla sea diferente a la que se pueda encontrar en cualquier rincón de América Latina. Es decir, en el tercer mundo señor Rincón, lugar donde usted vive.

Como le dije anteriormente, yo he tenido la fortuna de estar en los mejores estadios del mundo y déjeme decirle que casi ninguno tiene parqueadero, hasta por seguridad del evento.

En los mundiales los parqueaderos los hacen incluso a varios kilómetros del estadio. Si no me cree, mire el Allianz Arena de Múnich o el Maracaná de Rio. Bueno, mírelos por internet, porque, si le parece costoso viajar a Barranquilla a un partido de eliminatorias, no me lo imagino pagando por el ingreso a una Copa Mundo.

Le recuerdo una vez más, señor Rincón, que los problemas de pavimento no son exclusivos de Barranquilla, son un problema de Colombia, país del tercer mundo donde usted vive aunque no lo sepa. Si no los conoce, pase por el barrio Villatina en Medellín o a cualquiera de los asentamientos ilegales que abundan en nuestro país. Nuestro país, señor Rincón, porque es tan suyo como mío.

Usted afirma que: “el barranquillero promedio no puede acceder fácilmente a unas entradas para ver a su Selección. La mafia de los revendedores en pocas horas lo ha comprado todo, pidiendo hasta un sueldo mínimo por entrada”.

Si eso fuera cierto señor Rincón ¿gracias a quién se llena el estadio? ¿a 40.000 personas provenientes del interior? No sea tan categórico y negativo señor Rincón, en vez de ver el vaso de agua medio vacío, véalo medio lleno. A pesar que las entradas se vuelven costosas por la reventa, el amor de los barranquilleros por la Selección hace que las compren, incluso por encima de sus posibilidades.

Esa famosa mafia de boletas, que usted acusa en Barranquilla, no existiría sin el pésimo manejo que da la empresa vendedora a las mismas. Empresa que tiene sede en Bogotá y que trae el 90% de su personal de allá.

Así mismo, señor Rincón, el beneplácito que dan las autoridades a la venta de boletas falsas es un problema no de Barranquilla, sino de la institucionalidad colombiana. Si fuera un problema de regiones, le cuento que un alto porcentaje de policías de la Región Caribe vienen del interior del país,  de hecho, en las pruebas de admisión los prefieren de allá. Si no me cree pregúntele al Comandante de la Policía del Atlántico, el Coronel Joaquín Buitrago, quien es oriundo de Bogotá.

Por querer ser chistoso no sea ignorante señor Rincón. El quechua es una de las 95 lenguas que han utilizado, o utilizan, indígenas desde la Amazonía hasta el noreste de Argentina, es decir, que lo que usted cataloga como “groserías en quechua”, puede ser aimara, jacarú o cualquier otra.

Además, he ido varias veces a Perú y casi nunca he escuchado a nadie hablar algo diferente al español. Son lenguas utilizadas por descendientes directos de indígenas, que trabajan más que todo en sectores rurales y agrarios. Imagínese, señor Rincón, si usted -que vive en una capital 'mundial'- le queda difícil comprar un tiquete nacional y pagar una boleta en su propio país, cómo lo podría hacer un indígena que vive del campo.

¿De verdad se queja por las filas? ¿es en serio? por favor. No creo que exista una ciudad en el mundo donde se hagan más filas que Bogotá, y eso que es una capital 'mundial'.

Se hace fila para entrar al baño, para parquear, para entrar a un restaurante. Eso incluso lo han llamado algunos “muestra de progreso y organización”. En grandes estructuras, como los parques de Disney, se hacen filas hasta de dos horas para subirse a las atracciones.

Respecto al bloqueador solar, sería muy bueno que lo utilizara a diario, porque estudios han demostrado que TODOS los seres humanos debemos usarlo para prevenir problemas con el sol.

¿Variedad en las comidas señor Rincón? En más de 30 estadios internacionales que he conocido nunca he visto una variedad superior a: cerveza, gaseosa, perros calientes y productos similares. Si a precio nos referimos, en ninguna parte son baratos porque las organizaciones cobran muchísimo dinero por los arriendos de cafeterías, por el derecho a vender productos y hasta les cobran una membresía a los vendedores ambulantes.

Le recuerdo, señor Rincón, que la Alcaldía de Barranquilla no cobra ni un peso por el alquiler del estadio y hace exención de impuestos. Los precios de los locales los coloca el comité ejecutivo de la Fedefútbol, que tiene en su junta a 4 miembros del interior y solo uno barranquillero. 

“Los baños no están a la altura de un escenario que representa un torneo mundial”, no sea ignorante señor Rincón, las Eliminatorias no son un torneo mundial, son un torneo sudamericano. Si hablamos de baños, déjeme decirle que cualquiera colapsa con 40 mil visitantes. Si no me cree, averigüe que pasa en conciertos y eventos deportivos en cualquier parte del mundo.

Llevo 12 años transmitiendo en el Metropolitano y nunca he visto periodistas quejándose ni por electricidad, ni por sillas, ni por comida. De internet sí, porque además es normal que, en el tercer mundo, las señales colapsen con grandes aglomeraciones.

A lo que usted dice: “Es increíble ver a los comunicadores con el mapa del Atlántico dibujado en sus axilas y despelucados, muy lejos de su imagen de estudio”, creo que no conoce los gajes del oficio de nosotros los periodistas. Hemos transmitido en el Desierto de Atacama y, poco tiempo después, en la altura y frio boliviano. Aunque usted no lo sepa, así como los ingenieros trabajan en sus obras a pleno sol y el odontólogo aguanta la saliva de sus pacientes, nosotros trabajamos con calor, frio, nieve o lluvia de la misma manera, así que créame que eso no nos molesta. Estamos trabajando, no de fiesta, como los fanáticos.

“El regreso al aeropuerto es toda una hazaña” ¿Cómo no?, si son 50 mil personas, contando logística, policías, vendedores y funcionarios queriendo salir al mismo tiempo. No estamos en un país de supercarreteras, ni tenemos subterráneos, ni trenes, ni, mucho menos, helipuertos.

¿Y usted para que quiere ir a Miami si en Bogotá tiene centros comerciales tan avanzados como San Victorino y San Andresito? Por favor señor Rincón, sea consecuente con lo que dice, que un evento deportivo en otra ciudad es un lujo por el que yo he visto pagar hasta 10 mil usd por una entrada. Y esa plata no solo alcanza para ir a Miami, sino a Dubái.

“Quedó demostrado que un buen equipo (como Argentina) nos gana en Barranquilla, en La Boquilla o en donde sea”. ¡Que descubrimiento señor Rincón, los equipos buenos ganan donde sea!, dele esa fórmula a los brasileños, alemanes o italianos, que son los reyes de las Copas Mundiales, de pronto eso los hace ser mas grandes. Si la sede jugara, los bolivianos serían los líderes eternos de los torneos de la Conmebol.

Después de tener un buen equipo, factores adicionales como el público, la sede y tantas otras cosas pueden influir y hasta determinar, pero ni hacen goles ni los evitan. Pero a pesar de esto, ¿Cree usted que es casualidad que en Bogotá o Medellín nunca hayamos clasificado? 

Señor Rincón, no utilice problemas típicos del tercer mundo donde vivimos para atacar a una ciudad que le abre las puertas a la Selección a pesar de ser denigrada, despreciada y ofendida más de una vez. Pero nosotros, los caribe, somos tan nobles que a pesar de los desplantes históricos que hemos sufrido, seguimos aceptando de buena gana ser la sede de la Selección Colombia. No utilice problemáticas sociales de un país y un continente para achacar mediocres resultados deportivos cada vez que se dan.

Sería bueno que se ubicara en el tiempo y espacio correcto señor Rincón, porque venir a despotricar de su propio país no le hace bien ni a usted ni a su gente. Debe ser que claramente es de los que piensa que Bogotá y Medellín son capitales desarrolladas diferentes al resto de Colombia. Lo suyo señor Rincón, es lamentable. Y más que lamentable, triste.

 

Tomada de las redes sociales